Tras la muerte de su amigo, Isaac se dio cuenta de que tenía que aprender mejor 'kick boxing' para defenderse de los peligros de la calle. Se le daba bastante bien, así que a base de práctica empezó a luchar en peleas ilegales por dinero. Al cabo de unos meses, decidió emplear su tiempo libre y lo que sabía en enseñar a otros niños autodefensa personal.
Los niños de calle sobreviven en Kampala en condiciones extremas, no suelen tener acceso a agua potable, alimentos, refugio, atención médica, educación y protección. Algunos de ellos consiguen salir de la calle a través de ONG que los rescatan, pero para la mayoría es muy difícil y acaban formando una familia con alguna chica que han conocido en su misma situación. Al carecer también de educación sexual hay muchos embarazos no deseados a edades muy tempranas, y otro de los grandes problemas es el VIH.