Los aforamientos
El anuncio de eliminar los aforamientos produce alegría en muchos ciudadanos. Pero rápidamente se apaga esa alegría. Empiezan a aparecer los avisos de letra pequeña y acabamos por saber que no afecta a delitos de corrupción dentro del ejercicio del cargo. O sea, un teatro más que para poco servirá en un país como este, donde la gente trata de esquivar las leyes con mucha picardía y, por qué no decirlo, inteligencia. Así que mi sorpresa agradable se convierte en un solo día en otra decepción política. Y van…
César Moya Villasante
Madrid
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.