Jennifer Garner se cansa de ser el apoyo de Ben Affleck
La actriz, que convenció a su todavía esposo de comenzar otro proceso de rehabilitación, está harta de su comportamiento y solo actúa por el bien de sus hijos
Jennifer Garner ha perdido la sonrisa que siempre ilumina su rostro. Así lo demuestra la instantánea robada cuando llevó Ben Affleck a un nuevo programa de desintoxicación. Es la tercera vez que su exesposo intenta alejarse del alcohol, una batalla en la que Garner, 46 años, siempre ha estado a su lado. Casados o no. Ya le conocía cuando ingresó por primera vez en 2001 tras el rodaje de Pearl Harbor. Y en 2017 el héroe de Armageddon describió a Garner como la roca de su rehabilitación aunque ya estaban separados.
Pero el rostro de esta actriz madre de tres da muestras de cansancio. "Amo a Ben, somos amigos y nos arreglamos bien", comentó a EL PAÍS la pasada Navidad siempre poniendo buena cara al que fue su esposo durante 10 años con tal de proteger a su familia. Los papeles del divorcio siguen sin firma pero como subraya la revista Us Weekly su paciencia parece llegar a su fin, al menos como ángel de la guarda de este Batman. "Se ha cansado de ser su niñera", afirma la publicación.
Esta semana más que la última gota, la vida de Garner ha sido un chaparrón. Hollywood le concedió su propia estrella en el Paseo de la Fama. Junto a ella estuvieron sus tres hijos, Violet, 12; Seraphina, 9, y Samuel, de 6, además de los padres de la actriz y amigos como Bryan Cranston o Judy Greer. El gran ausente, su exmarido, demasiado ocupado con su nuevo amor, Shauna Sexton. La chica Playboy solo le lleva diez años a su hija mayor y según quienes les rodean ha resucitado el Affleck mujeriego y bebedor. Garner no quiere ni oír el tema. Según amigos cercanos de los que hablan a la prensa del corazón pero callan su nombre, a Garner no le preocupa con quien se acuesta su marido. "Su única preocupación es que se mantenga sobrio y si puede confiar en él como padre", indicó la misma fuente.
Como le dijo Garner a este periódico, ella nunca buscó esta vida de madre soltera. Ni para ella ni para sus hijos. "Es algo en lo que estoy trabajando" explicó. "Pero también es un lujo porque cuando acabo de trabajar cuento con todo mi tiempo para disfrutarlo junto a mis hijos". Garner es una extraña estrella de Hollywood. No dudó ni un segundo a la hora de apartarse de la fama para formar un hogar junto a Affleck a pesar de tener una carrera emergente con trabajos como el de Pearl Harbor, Elektra o Atrápame si puedes además de la serie Alias. Y junto a sus hijos, las pasiones de Garner incluyen labores terrenales como "la cocina y la repostería", "la jardinería" o quedar con sus amigas o con su familia. "Cuando uno llega a casa y te esperan tres hijos no hay tiempo para descomprimir. ¡Para que te vengan con un poco de yoga!", reconoció la actriz con un cuerpo escultural fruto de su última película, Peppermint, drama de acción en el que interpreta a una mujer dispuesta a vengar la muerte de su esposo e hijo.
Affleck siempre ha estado seguro de las cualidades de quien fue su esposa. "Es una madre increíble, toda una señora. Capaz de ser madre, ir a trabajar, hacer películas, volver a casa y hacer tres veces lo que yo hago", reconoció el actor a este diario. Alguien que a pesar de las circunstancias parece haber recuperado su vida en todo menos en el amor. "Estoy muy contenta de volver a trabajar y mis hijos no han hecho más que apoyarme", reconoció la actriz que desde su separación en 2015 ha filmado diez largometrajes. No le preocupa el qué dirán, interpretando tramas que en ocasiones tienen un tufillo a su propia experiencia personal junto a Affleck. "Al revés, en ocasiones es hasta catártico", admitió al diario la eterna optimista.
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