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Días de vino y podcasts

Álex Fidalgo: “No tenemos nada que envidiar a lo que se hace al otro lado del charco”

El periodista y podcaster coruñés dirige y presenta el podcast de entrevistas 'Lo qué tú digas'

Álex Fidalgo, durante la postproducción del podcast de entrevistas 'Lo que tú digas'.
Álex Fidalgo, durante la postproducción del podcast de entrevistas 'Lo que tú digas'.A.F..

La conversación es una de las artes más delicadas que los seres humanos nos hemos dado. La idea de intercambiar impresiones y reflexiones con el único objetivo de entender algo más el mundo que nos rodea es una idea primigenia, consustancial al hombre y a la mujer que utilizan el lenguaje para comunicarse. Esto tan obvio que ahora les cuento corre el riesgo de desaparecer en una sociedad hipertecnologizada en la que hablaremos con máquinas.

¿Dónde queda entonces el espacio para la conversación? Quizás Álex Fidalgo, un joven periodista gallego que comanda el podcast Lo que tú digas, debió preguntarse algo similar. En vez de lamentarse o temer al futuro se puso manos a la obra: cogió su micrófono, su grabadora, puso en marcha su cerebro y se fue a buscar conversación con algunas de las mentes más interesantes de nuestro país. Hombres y mujeres que le prestan su tiempo a un periodista que escucha. Quizás sea esa la mayor virtud de este podcast conversacional y de su anfitrión: su capacidad de escucha genera un espacio agradable para el oyente en el que percibe que no hay prisas ni temas controvertidos que no puedan ser abordados desde el respeto, la curiosidad y la igualdad. Fernando Sánchez Dragó, Luis Alberto de Cuenca, Pedro Cavadas, Paz Velasco, Paloma Navarrete, Javier Cansado, Toni Garrido, Gonzo o Frank Blanco son algunas de las personas que se sientan con Fidalgo para mostrar un perfil que, tal vez, nunca antes hubieran revelado.

Pregunta. ¿Cómo surge la idea de crear un podcast de entrevistas?

Respuesta. Siempre he sido muy curioso, pero en los últimos tiempos eso ha pasado de ser un mero rasgo de mi personalidad a ser casi una patología. Me da mucha rabia saber tan poco de todo, me frustra. Soy de esos que si, durante una conversación, escucho hablar de un tema del que no sé nada, después llego a casa y busco libros sobre el asunto en cuestión para aprender. Así que hace un año pensé: ¿Y si busco a gente que sepa de todo eso que yo ignoro, trato de charlar y aprender con ellos y lo grabo? Y así lo hice. El primer episodio lo protagoniza un bioquímico molecular, José María Mulet. ¡Bioquímica molecular! Para mí eso es chino...

P. ¿Cómo eliges a los protagonistas y de qué manera preparas estas conversaciones?

R. Muchas veces lo primero que surge es el tema del que quiero hablar. Algo que leo, que me llama la atención y sobre lo que quiero saber más. A partir de ese momento voy detrás de los primeros espadas del país en esa área. Fíjate, ahora me ha entrado la curiosidad por la entomología y, concretamente, por las avispas: la velutina (o asiática), la avispilla del castaño, la vespa crabro… Que no te extrañe que sea el tema del próximo episodio del podcast. Y hay famosos en el podcast, sí, pero porque son gente tremendamente interesante: Javier Cansado, Juan Manuel de Prada, Segura, Chicote

Más de un oyente me ha dicho: “cuando escucho tu podcast, parece que estoy ahí con vosotros tomándome un café”. "Eso es exactamente lo que quiero transmitir", explica Fidalgo

Pero vamos, que la popularidad y el interés no van siempre de la mano. Los elijo porque hay algo de lo que quiero hablar con ellos, no por la fama. De todos he aprendido. Respecto a cómo abordo las conversaciones, las preparo leyendo, viendo documentales y escuchando entrevistas sobre el tema o sobre el invitado. No llevo guion, salvo en casos muy puntuales en los que la charla va a ser sobre algo muy concreto. Normalmente llevo un papel con palabras sueltas que parece sacado del bloc de un científico loco. Mira, un ejemplo de lo imprevisible del podcast: con Chicote iba a hablar de cocina, y al final, el 75% del episodio acabó siendo una suerte de debate sobre la relación entre sensibilidad y creatividad. Yo nunca sé cómo va a ser la entrevista. Dejo que me lleven.

P. ¿Habías tenido algún tipo de experiencia en radio?

R. Sí. Es lo que he hecho la mayor parte de mi vida. Con doce años empecé en la Radio Neria, la emisora de mi pueblo. Después, ya más talludito, estudiando la carrera, los veranos los pasaba trabajando en una emisora de la Cadena SER en A Costa da Morte: Radio Nordés. Y en los últimos años he estado en Onda Cero, en los programas La parroquia, La rosa de los vientos y No son horas; y en Radio 4G, en La Jungla de José Antonio Abellán.

P. ¿Cuáles son los entrevistados que más te han fascinado?

R. Dani el Rojo, un exatracador de bancos y expolitoxicómano que se pasó 14 años en la cárcel Modelo de Barcelona. Allí lo apuñalaron dos veces e inició una relación con un travesti. Nuestro diálogo transcurrió en una habitación diminuta de una pensión en Muxía, yo en una silla y él sentado en la cama. Dura tres horas. Es el episodio más largo, y considero que no le sobra un solo minuto. También Jorge Mira, físico, catedrático de electromagnetismo y uno de los mejores divulgadores científicos del país. Imprevisible, ingenioso, y con esa “falta de filtro” en su discurso tan sheldoncooperiana. Me hace muchísima ilusión saber que, aunque aquí en Galicia es una celebridad, gracias al podcast se está enamorando de él mucha gente del resto de España. Y por último, siempre me gusta destacar a los humoristas: Juan Carlos Ortega, Javier Cansado, Arturo González-Campos… Me enorgullece que en el podcast se vea la otra cara de los cómicos. En su episodio, Arturo habla por primera vez de cuando perdió a sus padres y seguía viniendo a divertir a la gente a La Parroquia como si nada hubiese pasado. Javier Cansado, por su parte, llega a emocionarse hablándome de su infancia. Creo que no se les ha escuchado sincerarse así en otro sitio que no sea Lo Que Tú Digas. Los cómicos son fascinantes. Hay que tener una sensibilidad muy especial para hacer buena comedia.

P. ¿Cuáles son los episodios más demandados y/o escuchados?

R. El más descargado es el episodio que protagoniza Paloma Navarrete, una bruja y tarotista —tremendamente divertida y espontánea— que colabora muy a menudo con Íker Jiménez. Después está el de Javier Cansado, seguido por el protagonizado por el neurocientífico y psicobiólogo Manuel Martín-Loeches (otro de mis favoritos) y en cuarto lugar el gran Juan Dual, un abanderado de la actitud positiva y el deporte que está “vacío por dentro”: no tiene recto, ni colon, ni vesícula… ¡ni estómago! Escuchar a Juan es una inyección de serotonina. Tengo que añadir que estoy completamente abrumado con la respuesta de la gente al episodio con el Dr. Cavadas. Ha generado muchísimos comentarios.

P. Cuarenta y cuatro hombres y ocho mujeres han protagonizado tus episodios. No sé si nosotras somos más difíciles a la hora de entrevistar, si no encuentras personas interesantes... ¿cuál es el motivo de esa desproporción?

R. Créeme, lo de las mujeres es un problema que yo soy el primero que sufre. Tengo una lista interminable de invitadas a las que he contactado y, por hache o por be, no ha podido ser: una neurocientífica, una exactriz porno, una humorista, una economista, una actriz... Me han rechazado muchísimas más mujeres que hombres. De todas formas, me gustaría saber también: ¿a quién consideráis prescindible en el podcast? Es que yo estoy muy orgulloso de los invitados que ha habido hasta ahora y no los cambiaría por nada. Ni a ellos, ni a ellas. Creo que tenemos que intentar disfrutar de lo que ponen a nuestra disposición con tanto esfuerzo y tantas ganas y, por supuesto, sugerir. Aportar. "Quiero escuchar a esta mujer en tu programa, o a esta otra", pero decir, simplemente, "¡quiero más mujeres!" como he leído en alguna ocasión... No me parece lógico. ¿Vale cualquiera, entonces? Lo que tú digas es un podcast en el que cada invitado está escogido por quién es o por su historia, no por su ropa interior. Este es un tema por el que he recibido alguna crítica y me resulta tremendamente doloroso porque me da la sensación de que, de soslayo, se me está acusando de machista. Y para mí es gravísimo que la gente piense eso.

P. La entrevista es un género clásico que, a veces, parece que no tenga oportunidades de renovarse: ¿cómo crees que puede renovarse y quiénes son tus referentes como entrevistadores?

R. A mi parecer, la mayor parte de los entrevistadores que son más conocidos ahora mismo en nuestro país pecan de soberbios. Hay un público que demanda ese tipo de periodista agresivo, que mantiene al invitado a la defensiva desde el minuto uno. A mí, personalmente, no me gusta. Lo respeto, entiendo el mérito, pero a mí no me interesa. Prefiero que el invitado se sienta tranquilo, que se relaje. Que responda, no que se defienda. Después, el público —que he de decir que el de LQTD es muy inteligente— ya se hará una opinión en base a lo que ha escuchado. Dos episodios de mi podcast que me gustan especialmente son los que grabé con Alejandro Cao de Benós, el representante occidental de Corea del Norte, y con Iván Arjona, presidente de la Cienciología en España. Creo que para ambos fue una de las pocas ocasiones en las que se les entrevistó y no se sintieron juzgados ni atacados por el periodista. En cuanto a mis referentes, ciñéndonos a España, siempre he admirado lo que hacían Jesús Quintero y Sánchez Dragó, y ahora Gabilondo con Cuando ya no esté. Pero me he fijado mucho en estos cuatro americanos: los legendarios Larry King y Charlie Rose, y los podcasters Joe Rogan y Marc Maron.

P. Hay dos elementos que me llaman la atención de tus entrevistas: las introducciones bastante extensas en las que intentas poner en contexto al oyente: ¿cómo las escribes? Y, en segundo lugar, sueles dejar la entrevista tal cual, es decir, con llamadas de por medio, toses, golpes en el micro y demás. ¿Por qué no editas ninguna entrevista?

R. Alguna de las introducciones ni siquiera está escrita, pero la mayoría sí. El día anterior a la publicación del episodio, o justo antes de publicarlo, la escribo con el recuerdo que tengo de la charla. Mi intención es situar al oyente con nosotros en la escena. Creo que escuchándola, uno se puede imaginar perfectamente, por ejemplo, ese momento en el que el octogenario Sánchez-Dragó me recibe en su casa de la mano de una veinteañera. Por otro lado, la no-edición de la entrevista es algo muy meditado. Más de un oyente me ha dicho: “cuando escucho tu podcast, parece que estoy ahí con vosotros tomándome un café”. Eso es exactamente lo que quiero. Para mí tiene muchísimo valor que esté todo en bruto. Te pongo un ejemplo de lo importante que es: uno de los episodios lo protagoniza alguien que estuvo enganchado a las drogas durante mucho tiempo. A lo largo de la entrevista, hasta en cuatro ocasiones, se queda callado un instante y me dice: “Perdona… ¿de qué estábamos hablando?”. Normalmente, eso se cortaría. A mí, en cambio, me parece imprescindible. Creo que ese detalle aporta más, casi, que la conversación en sí. Y en el episodio de Gonzo, el reportero de El Intermedio… ¡Ese momento en el que entran sus hijos en mitad de la charla porque están jugando al escondite! Esos ratos son impagables.

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P. ¿Qué modo de monetizar tienes en tu podcast?

R. Ahora mismo recibo donativos mensuales de la audiencia a través de la opción de Suscripción para fans de iVoox. Va todo destinado a sufragar gastos pero, así y todo, sigo perdiendo más de lo que gano. Ojalá eso cambie en algún momento y pueda vivir de hacer esto.

P. ¿Qué futuro crees que existe en el mundo del podcasting?

R. Me gusta creer que, como ocurre casi siempre en lo que respecta al audiovisual, lo que pasa en Estados Unidos acaba teniendo su eco aquí. Allí los podcasters de éxito son auténticas estrellas que pueden vivir, y bastante bien, de sus podcasts. Ojalá que eso llegue a aquí. Hay mucho talento y muchísimas ganas de trabajar en el podcast español. No tenemos nada que envidiar a lo que se hace al otro lado del charco.

P. ¿Por qué crees que tu podcast tiene tanto éxito? ¿Qué número de descargas tienes actualmente?

R. Yo no me atrevería a decir que mi podcast tiene mucho éxito… Mira, en su añito de vida, Lo que tú digas ronda las 400.000 descargas. Lo que sí es cierto es que este podcast tiene éxito de crítica. Los oyentes son súper generosos valorando el programa. Creo que esto es por dos razones: la primera y principal es que los invitados de LQTD son espectaculares. Si de algo puedo presumir, es de la elección de los protagonistas. Por otro lado, y es algo que me gustaría decir porque lo he pensado muchas veces al leer los comentarios de los oyentes, creo que la gente valora el hecho de haber encontrado un programa de entrevistas en el que el entrevistador es, como decía Nietzsche, “humano, demasiado humano”. Alguien que no teme reconocer lo que ignora, que se equivoca, que se disculpa, que confiesa tener problemas de ansiedad o haber padecido episodios de depresión, que habla de que ha usado Tinder, un presentador al que le suena el móvil en mitad de una entrevista (ya hay que ser inútil) y que ni se plantea eliminar esa parte de la charla. La gente demanda autenticidad, porque parece que hay una crisis de ella.

Hay tal competitividad, tantas ganas de demostrar que somos mejores que los que nos rodean, que cuando encontramos a alguien que se muestra imperfecto, nos supone un alivio y nos permite bajar la guardia. Nos hace sentir bien. No sé cuál es realmente el éxito, pero esta es la única conclusión a la que he llegado tras darle muchas vueltas. Mi crítica favorita de la historia del podcast la escribió un tuitero llamado @sombraoscura: “Alex Fidalgo en Lo que tú digas, o cómo parecer un desastre haciendo entrevistas y que acabes con la sensación de que han sido fantásticas”. ¡Es precioso!

P. Por último: recomiéndame un podcast y dime por qué te gusta.

R. Uno de los podcast que yo escucho desde hace más tiempo se llama Personas con historia. Lo presenta Pedro Luis Lorenzo, que es profesor en la Universidad de Extremadura, y en cada episodio narra, de forma distendida y amena, la biografía de personalidades imprescindibles para entender la historia: Gandhi, Martin Luther King, Hitler… La duración media es de 40 minutos. Se aprende mucho y el profesor es un estupendo divulgador.

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