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¡Viva el barro! Los 11 ceramistas españoles que han dignificado la arcilla Con o sin torno, estos 11 artistas de la cerámica han conseguido que sus piezas se expongan en museos o colaboren con firmas como Hermès o Inès de la Fressange Cuando Xavier Mañosa (Barcelona, 1981) regresó en 2009 de Berlín a su ciudad natal, se encontró de nuevo con el viejo taller de cerámica de su familia: una nave en un antiguo polígono industrial donde se fabricaban cerámicas para el sector de la construcción. Para entonces, ya se había formado como diseñador industrial, interesándose por la cerámica. Así, recuperando sus lazos alfareros montó Apparatu. Hoy, es una de las firmas más prometedoras del sector en España, con colaboraciones con firmas como Loewe o Isabel Marant, y presencia habitual en ferias de diseño de Londres a Frankfurt. Es un ceramista atrevido, que mezcla materiales y se complica, con suerte, con trabajo, con piezas serias y rotundas. Dónde encontrar sus piezas : Desde su web (www.apparatu.com) se pueden ver muchas de sus colaboraciones con Cosentino, Marset o BD Barcelona Design, o visitar su famoso taller en Rubí (Passeig de la Riera, 222, Barcelona). “Entre lo decorativo y lo escultórico”, define Lina Cofán (Celanova, Orense, 1964) su trabajo. Formada en teatro y performance en Berlín, a finales de los años ochenta, aterriza en el mundo de la cerámica en Madrid. Su trabajo en gres es el más conocido: “Creo que mi cerámica es visualmente sencilla, aunque el proceso de producción no lo es tanto. Me gusta que mis piezas reflejen ese componente humano, en el cual se ve el acabado imperfecto del trabajo hecho a mano”, confirmó durante su reciente exposición en la galería Tiempos Modernos de la capital. Aquí presentó su trabajo inspirado en los jardines de cactus: “Son jarrones de ramas trenzadas, formas de hojas y pétalos, verdes profundos y azules como agua de río y mar”. Dónde encontrar sus piezas: En la Galería Tiempos Modernos (Arrieta, 17, https://tiempos-modernos.com) y a través de la editora danesa HAY (http://hay.dk) para la que ha realizado una colección. Se encuentran entre los 100 y los 500 euros. Lo tribal, las referencias mediterráneas de hace dos milenios, las texturas fenicias. Silvia Valentín (Madrid, 1966) es una ceramista de origen, de las que mira hacia atrás para construir piezas con peso contemporáneo. “Tiendo a la forma arcaica, al esmalte mate pero de color intenso en las zonas elegidas, a utilizar cualquier proceso que defina un aspecto final atemporal, que invite a su contemplación calmada”, comenta. Únicamente trabaja con arcilla de alta temperatura y esmaltes de fabricación propia, sin torno: “Me siento más cómoda usando técnicas tradicionales como el de los rollo de arcilla (churros), modelado o tallado; trabajo con herramientas muy simples o con mis manos”. Un proceso lento, artesanal, como si fuera trabajara con arcilla del mar de Mármara. Dónde encontrar sus piezas: Las obras de Valentín se pueden encontrar, entre 50 y 350 euros, en Espacio Brut (Pelayo, 68, Madrid), Estudio Espejo y Goyanes (Breton de los Herreros, 40, Madrid), KADO (Alfonso VIII, 3, San Sebastián). A medio camino entre la cerámica del mítico Artigas y la abstracción en barro de Miquel Barceló. Luis Salaberría (Málaga, 1965) no es ceramista más, es un artista plástico que trabaja con cerámica, y quizá por esa denominación que se aplica es de los pocos que no utiliza torno en sus arcillas blancas y terracotas. “Utilizo la cerámica como un material de creación, lo utilitario y lo artístico para mi está ligado, pero es lo segundo lo que impregna todo el trabajo. Experimentar con las formas, jugar, nunca aburrirse”, asegura. Sus piezas están realizadas a mano, como si fuera un “apretón sobre un molde”, con formas orgánicas, como desgastadas por el fondo marino de algún océano. Ha expuesto en la galería Juana de Aizpuru, la Fundación ICO, Centre d’Art Santa Mónica de Barcelona o el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Dónde encontrar sus piezas: Desde 50€ en Almacén Alquián Hóptimo (Manuel González Longoria, 2, Madrid) y El Invernador del Hedonista (Carrascal de La Cuesta, Segovia). El mes de septiembre de 2017, los diseñadores Alvarno presentaron su colección en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. En su propuesta, las modelos salieron a la pasarela con unos maxicollares de Operatum, la firma de Juan Guillén (Murcia, 1972). Sus colaboraciones con el mundo de la moda de Guillén no son algo esporádico, pero son sus objetos decorativos en cerámica los que más demandan interioristas como Guille García Hoz o Almacén Alquián Hóptimo. “Utilizo una pasta de loza de alta calidad que da unos resultados similares a la porcelana en cuanto a su aspecto, pero que es más ligera”, cuenta el ceramista. Son piezas que se inspiran en el coral y que realiza sin moldes ni torno, una a una, “me valgo de los útiles propios del oficio”. Es volver al pasado para entender el futuro de la cerámica. Dónde encontrar sus piezas: En Guille García Hoz (Pelayo, 43, Madrid), A-cero (Santa Cruz de Marcenado, 2, Madrid) y Colindante (Bastero, 21, Madrid). Desde 200€. Inspiradas en las soluciones constructivas de la Galicia rural, las cerámicas de Formabesta llevan tiempo investigando el camino del objeto artístico y seriado. Este colectivo formado por Salvador y Juán Cidrás explora los límites de la cerámica y el textil desde una perspectiva escultórica. “Hacemos combinaciones imposibles e improvisadas de metal corrugado y plafones superpuestos en los tejados; incluso tenemos una serie creada a partir de piezas ensambladas de diferentes planos de cerámica con relieve”, cuentan los creadores. El juego de texturas es su línea de investigación más inmediata, aquel que, a partir de la superficie lisa del exterior y la textura esmaltada y brillante del interior, crea un nuevo volumen, casi a la inversa. Son habituales de ferias de diseño internacionales. Dónde encontrar sus piezas: En la galería Bazaar Noir de Berlín y la Galería Vilaseco en A Coruña, con piezas de los 1.000 a los 2.000 euros. El alfarero del futuro habla de su proceso de producción desde un punto de vista casi alquimista: “Todo es barro hasta que sufre la transformación química fruto del calor en el horno, y esto se traduce en cerámica”. Julen Ussia (Amurrio, Álava, 1993) presenta su trabajo desde un punto de vista de investigación entre lo material, el vacío y el entorno, pero sostenido desde el torno de alfarero. Colabora con el Museo y taller de Alfarería Vasca y sus trabajos se han expuesto de Hong Kong a Essaouira (Marruecos). Algunas de sus piezas se produjeron junto a nombres como el holandés Koos Breen, Jorge Penadés o Max Enrich. Trabaja siempre en piezas únicas: “Hace cinco años que me senté por primera vez en el torno; me advirtieron de que su proceso
de aprendizaje era lento y así es. Estoy tan centrado en ello que todavía no me preocupan otras cuestiones como el color o el acabado. Me interesa la estructuralidad del material, esa estructura que le aporto con mis manos”. Dónde encontrar sus piezas: En Estudio Báltico (Costanilla de los Desamparados, 6, Madrid), Buread Mad (San Pedro, 8, Madrid) y Roch Store (Laforja, 112, Barcelona); desde 80 a 480€. Lleva 25 años en el sector, haciendo piezas de cerámica a mano, de ediciones únicas. Su estilo midcentury ahora está camino de un minimalismo más reflexivo, en torno a lo geométrico. Será la madurez, que quizá ha vuelto a Francisco Gálvez (Madrid, 1968) más intimista. Su nombre es un habitual de encuentros cerámicos por todo el país, ha expuesto en el Museo Nacional de Antropología de Madrid y en la galería Tiempos Modernos. “Mis piezas están construidas completamente a mano de manera escultórica; son obras únicas decorativas, no utilitarias”, cuenta Gálvez. Trabaja en base al barro refractario, con tres cocciones, una de ellas a 1.260 grados centígrados. Su trabajo de esmaltes, óxidos y el pincel como segunda herramienta más importante –la otra son sus manos– han caído incluso en manos de ilustres como Bill Clinton. Dónde encontrar sus piezas: Con precios que van de los 200 a los 600 euros, se pueden encontrar sus obras en Tiempos Modernos (Arrieta, 17, Madrid; https://tiempos-modernos.com). “No modelo las piezas, sólo reúno las condiciones y el fuego hace el resto del trabajo”. Joan Serra (Mataró, Barcelona, 1962) es un ceramista con una obra más cercana a lo artístico y a la abstracción que a lo puramente utilitario. Pero, sobre todo, es ceramista, y de los más demandados fuera de España. Miembro de la Academia Internacional de Cerámica de Ginebra (Suiza), ha expuesto en la galería Peter Kammermann de esa ciudad, en Célestine de París (Francia) y en Puls Gallery de Bruselas (Bélgica), entre otros. “Mi trabajo es contemporáneo, con una interpretación muy personal de la expresión de la materia, es muy matérico”, afirma. Así, su obra se rompe con el fuego, no con las manos que previamente han preparado la pieza. “Trabajo con la arcilla, con la tierra, y con otros materiales como piedras, metales, vidrio, combustibles, orgánicos…”. Sus piezas con esponjas parece estallar frente a la vista. Dónde encontrar sus piezas: de 300 a 4.000 euros, todas sus obras se venden a través de sus galerías fuera de España. Es uno de los grandes alfareros de nuestro país, uno de los pocos que ha expuesto en las grandes galerías del mundo especializadas en cerámica, como la Cavin-Morris de Nueva York (EE UU), la Oxford Ceramic Gallery (Reino Unido), el Museum of Modern Ceramic Art de Gifu (Japón) o Puls Gallery de Bruselas (Bélgica). Rafa Pérez –Rafapharo– (Haro, 1957) afirma que “utiliza el barro por ser un material con enormes posibilidades expresivas que, a su paso por el fuego, provoca transformaciones, en parte involuntarias, y aporta a la obra la sorpresa que otros materiales no te dan”. Así, sus piezas son morfológicamente extremas, disruptivas, crecen como nidos, se reproducen como insectos y se exponen como lo que son, obras de arte. No utiliza el torno y el metal, de manera discreta, aparece en algunos de sus trabajos. Ha ganado varias veces el primer premio en las Bienales Internacionales de Cerámica y el Gran Prize de Cerámica Europea del Art Museum of Bornholm (Dinamarca). Dónde encontrar sus piezas: Entre los 1.000 y los 20.000 euros varían sus obras en el mercado, todas ellas se venden a través de sus galerías fuera de España. Al final los reflejos del mar son casi los mismos, ya sea el que vieron los Fenicios en el Mediterráneo o el que inspira Paula Ojea en su taller de Vigo. Esta ceramista gallega (Nigrán, Pontevedra, 1983) tiene en la Costa Atlántica su espejo para crear piezas marinas, hallazgos artesanos donde la geometría pulida se alterna con la huella de sus pulgares. Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos decide cambiar de rumbo tras un taller con la ceramista Emilia Guimerans, y ahora vende sus piezas de ediciones limitadas a chefs o estudios de diseño. “En mi trabajo apenas uso el torno, me decanto más por la técnica de planchas o el modelado”, asegura. Su colección Cut&Fold de formas geométricas, llevó un proceso creativo “paralelo al de un proyecto de ingeniería”. Trabaja con gres, refractario y porcelana para la base, y esmaltes y engobes para los acabados. Dónde encontrar sus piezas: En su taller de Vigo o en su tienda on line (www.ojeastudio.com). Desde 18€.