Los 10 mejores chiringuitos playeros a un paso de Lisboa
De El Guincho a Fonte da Telha, lugares donde descansar, comer, beber o bailar junto a la arena
‘El chiringuito’ —o la ausencia de él— se ha convertido en un factor fundamental para elegir playa. La distancia, la facilidad de aparcamiento, el tipo de público o la limpieza del agua son importantes, pero un buen restaurante a pie de la arena pone la guinda. Alrededor de Lisboa —pongamos a una distancia de 30 kilómetros— hay un centenar de playas y otros tantos chiringuitos.
En la abundancia hay que buscar la distinción, pues hay playas de 20 metros y otras de 10 kilómetros; también hay chiringuitos que de la definición de la Real Academia Española, “puesto de bebidas al aire libre” tienen poco. Algunos son auténticos salones de banquetes, otros parada obligatoria para gourmets, y hay también los que parecen nacidos para acabar con el turista.
De todo ello hay, cómo no, en la costa portuguesa, aunque predomina el chiringuito correcto, de bajo riesgo, basado en ensaladas y pescados a la parrilla. Pero al chiringuito no solo se va a comer o beber. Es ‘un concepto’, un lugar de reunión desde la mañana hasta la madrugada, que va cambiando su público según las horas y las actividades. Por diferentes motivos, y no exclusivamente por su calidad gastronómica, hemos elegido los chiringuitos-restaurantes playeros que más nos gustan a menos de 35 kilómetros de Lisboa, empezando desde el Norte.
Bar do Guincho (a 33 km). Parque natural de El Guincho. Transporte público: tren hasta Cascais y luego bici eléctrica.
Un chiringuito que obedece a su imagen original de provisionalidad (abre de julio a septiembre) y de refugio. Un lugar de socorro para tomarse un tentempié y descansar de tanto sol o, en este lugar, de tanto viento, es por ello lugar de surfistas y kitesurfistas que encuentran en el fiero oleaje y no menor viento, condiciones ideales para sus aficiones. Antes de desplazarse, conviene echar un vistazo a la webcam de su web e informarse de sus condiciones meteorológicas, porque puede pasar de lugar idílico a indómito. Si son aceptables las previsiones, es imprescindible visitarlo. No hay naturaleza más bella en esta selección.
Tamariz Beach Club (a 26 km). Estoril. Transporte público: tren hasta Estoril.
Un lujazo. Frente por frente con los jardines de Estoril, a pie de la parada de tren y del océano. La playa es de pillar sombrilla y hamaca y mover esta última 360 grados sobre su propio eje, no más. Pero encima se encuentra este chiringuito-palacio, con su propia piscina y mesas para almorzar sin arena de por medio. Barato no es; cómodo, sí.
A Pastorinha (25 km). Carcavelos. Transporte público: parada de tren en el pueblo.
Un clásico de a linha —la carretera costera que une Lisboa con Cascais—. En los años 70 se instaló en la arena de Carcavelos, la playa más extensa de este litoral, y aquí sigue, lo que no es decir poco. Es un lugar para almorzar y cenar formalmente, pues en los 80 de bar playero mutó en restaurante con vistas.
La Siesta. (1 km). Algés. Transporte público: parada de tren a 300 metros de la playa.
A veces el lujo es tener la playa debajo del balcón. Es el caso de Algés, que hace frontera con Lisboa. Su playa —algo descuidada— es urbana y, pese a ello, solitaria. El agua aún es más dulce que salada, no hay olas ni gente, y siempre se encuentra lugar para aparcar el coche —gratis—. En este lugar anónimo en la esquina lisboeta que da al mar, desde hace unos meses se levanta al pie de la arena un restaurante mexicano que dará que hablar y, pese que aún no lo sabe, se convertirá en un alegre chiringuito.
Albatroz (20 Km). Cova do Vapor. Transporte público: subirse la bici o el coche en el ferri Belém-Trafaria.
Cova de Vapor es un barrio pesquero que se encuentra enfrente de Lisboa y del faro de Bugio, que advierte a los trasatlánticos que van a entrar en el estuario del Tajo. En la puntita de la Costa de Caparica crece este barrio, también semi anónimo, con arenales extensos y semi vacíos. El Albatroz pertenece al género de chiringuito clásico, con sus incomodidades y sus encantadoras improvisaciones, frente a tanto chiringuito propiedad de un grupo de restauración. A veces se agradece la falta de programación (y que se supla con simpatía).
Leblon (20 Km). Playa São João (Costa de Caparica). Transporte público: subirse la bici o el coche al ferri Belém-Trafaria.
Apenas a 200 metros del anterior, pero otro mundo (otra playa, otro público). Buen gusto en todo lo que ofrece y preocupado por el respeto a las dunas donde se esconde. Hay servicio en la playa bajo las sombrillas, y en la terraza, con buenas mesas y sillas para los comodones. A las siete de la tarde cierra, es decir, no juega a satisfacer a todos los públicos del día y de la noche. Un acierto.
Waikiki (21 km). Playa Sereia (Costa de Caparica). Transporte: coche.
Todo lo contrario que el anterior, este es un chiringuito pensado para los que les gusta tener un hilo musical en su cabeza todo el rato. A partir de media tarde hay buenos pinchadiscos y mucho mojito y caipirinha. Cierra a las 4 de la madrugada. No desdeña el servicio de día, con servicio de masajes y actividades deportivas varias.
Delmare Café (21 km). Playa Rouxinol (Costa de Caparica). Transporte: coche.
El buen clima de Lisboa no se reduce a los tres meses de verano, por eso algunos chiringuitos funcionan casi todo el año y buscan alternativas a los que solo van a broncearse. Es el caso de los que se especializan en BBD, bodas, bautizos y divorcios/despedidas de solteros (la C -de comuniones- no se estila mucho en el país). El Delmare, aparte del servicio habitual de playa, cuida la estética de los días de vino y rosas, ahora más de luces y sonidos, en todo su establecimiento.
Borda d’Agua (22 km). Playa Morena (Costa da Caparica). Transporte: coche.
Aquí toda está bien y en su sitio. Buena calidad de los alimentos, buena cocina, buen servicio de playa y restaurante, buenos y limpios baños. No es barato, pero se paga a gusto porque no es fácil encontrar tanta profesionalidad en chancletas. Aguante desde el siglo pasado (1995), lo que ya dice mucho, pero además cada verano mejora sus instalaciones. Para completarlo, a pocos metros hay zona nudista.
Retiro do Pescador (25 km). Fonte da Telha (Costa da Caparica). Transporte: coche.
Sin duda, el más cutre de la selección, pero también, probablemente, con la mejor parrilla de pescados de la Costa de Caparica. Hay que aguantar el desorden y la fealdad del lugar, pero si se va a comer buen pescado, este es el sitio, y a buen precio. Es posible comer media ración de sardinas con patatas hervidas, una lubina con su guarnición de ensalada, agua y café por 17 euros.
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