La fiesta apocalíptica de Crystal Fighters
Entrevistamos a la banda británica tras presentar su nuevo sencillo ‘Boomin’ In your Jeep’ y su paso por el festival Río Babel
Lo nuevo de Crystal Fighters, Boomin' In your Jeep, es de alguna forma una vuelta al pasado. Sin dejar de lado su sonido elevado, en el que el ukelele tomó una posición destacada, regresan ahora con un tono más trepidante y sucio, que suena más rave. "Es bueno que se perciba porque es justo lo que buscábamos", asegura Graham Dickson, guitarrista de la banda. "Es una vuelta al círculo: hemos escuchado a esos seguidores que nos hablaban de lo especiales que eran nuestros inicios", completa Sebastian Pringle, vocalista. Ambos, junto al resto de la formación, hicieron arder el festival de música urbana Río Babel, en IFEMA, por el que también desfilaron otras formaciones nacionales e internacionales, como The Cat Empire, Bunbury, Nathy Peluso o Denge Denge.
La vegetación que cubre sus micrófonos e instrumento se mantiene, pero el aspecto y la actuación son radicalmente distintas. También el embrujo de su tradicional antesala con la txalaparta. La banda sale ataviada como si proveniesen de un mundo estilo Mad Max, con Sebastian luciendo cresta mohicana. El público les espera con gafas fluorescentes. Crystal Fighters ha dejado atrás esos conciertos que transmitían serenidad e invocaban a la pacha mama. Su directo ahora es más ecléctico y electrónico, apenas acústico, y lleno de eskerrik askos entre canción y canción. El amor se mantiene intacto después del desastre.
Su nuevo sencillo, Boomin' In Your Jeep rescata la esencia electrónica de los inicios. "Queríamos grabarlo en el desierto, porque conducir en un todoterreno allí nos parecía una buena idea. El concepto de la canción es que con toda la locura que está ocurriendo en nuestras ciudades, la música es ideal para escapar. O simplemente irse físicamente conduciendo sin rumbo", narra Sebastian. "Ha sido divertido tratar de recrear esa energía e inspirarnos en esos lugares sagrados recientemente. Pero es bueno cambiar e ir hacia lo opuesto, a ese lado apocalíptico, que pudiese venir después de un accidente nuclear, hemos querido cambiar el vestuario y la imagen".
No cuesta imaginar que el ambiente agitado que vive el mundo actual, con la reciente fricción entre Coreas, la política migratoria de países como Estados Unidos o Italia, y el clima de agitación que vive Reino Unido con el Brexit, motivan en parte ese escenario. Nos aseguran que son solo algunos de los muchos problemas que pueblan el planeta Tierra. "También queremos añadir que es nuestra responsabilidad. Está en manos de los líderes de los animales reparar el daño antes de que sea demasiado tarde", añade Graham. También afirman haberse sentido especialmente inspirados por el movimiento #MeToo que ha destapado acosos y conductas intolerables hacia las mujeres en la industria.
Lo asombroso de su cambio es que además fue sobre la marcha. En plena gira de su tercer álbum Everything Is My Family, firmaron por Warner. Desde ese momento han escrito música en distintos países y trabajado con diferentes productores. "Cuando estamos de gira nos inspiramos, conoces gente nueva todo el rato. Antes de los conciertos, visitas también ciudades y más tarde sales con otros músicos y amigos con los que tienes conversaciones maravillosas. Cuando sumas bastantes conciertos, te mueres de ganas de volver al estudio y poner en marcha todo lo que has absorbido", explica Graham.
"Recuperar el sonido del principio es imposible"
Aunque la nueva etapa de la formación británica traiga consigo una reinvención inspirada en la nostalgia, que nadie se equivoque: no van a volver los yogurines que nos hicieron botar con el I Love London de Mimi Borelli. "No podríamos ni aunque quisiéramos", asegura Graham. "Pero ha sido divertido experimentar volviendo a cómo hacíamos las cosas al principio. Y nos hemos olvidado de cómo transformar esa energía en nuestra música", sentencia.
Ambos alucinan con la reciente irrupción de las plataformas digitales en el mundo de la industria musical, también sobre cómo ha cambiado el trap la forma de rapear, con el autotune y los loops triples. Además, nos aseguran que el tecno y el house han vuelto para quedarse. Y ellos siguen allí, igual de frescos que el primer día. La conclusión es que con estos luchadores, incluso en el Apocalipsis, habrá esperanza y mucha fiesta.
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