Centros de trabajo
Cuando veo fotos de residencias presidenciales, de Parlamentos, de sedes de partidos políticos, tan limpios, tan resplandecientes, me acuerdo del estado lamentable de mi lugar de trabajo, tan viejo, con aseos tan sucios, con esos ascensores tan viejos que se estropean cada poco, tan caluroso en verano porque día sí y día también se estropea el aire acondicionado, con esos carros que transportan ropa, tan ruidosos que parecen vagones de metro. Sí, trabajo en un hospital público.— Juan Fernández-Yáñez García-Monge. Madrid.
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