Enfriando la calle
Llama la atención que en estos tiempos de justificada sensibilidad ante el despilfarro energético y sus emisiones asociadas, veamos de lo más normal que multitud de comercios, en concreto en Madrid, tengan la refrigeración no precisamente baja, con las puertas del establecimiento abiertas o directamente sin puertas, enfriando la calle. En invierno el proceso se invierte calentando la misma calle. ¿No serán las autoridades municipales, tan sensibles en Madrid a estos asuntos, responsables de regular tal desatino?— José Luis González de Prado Díaz. Madrid.
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