![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/54NLHM4PZBM4BPSVSXB3QRB7RI.jpg?auth=5e6ac8d0c47f7725b99588da2cdc52eeea367ae412fdfa9b3bcf98f2dce33b62&width=414)
El misionero español que dio educación a los hijos de los corteros de caña
El Padre Pérez se implicó durante toda su vida en el desarrollo social y humanitario de una región colombiana a través de la formación. Esta es la historia de cómo lo consiguió
![El padre Pérez, llegó a Colombia hace 60 años para dar charlas formativas y se quedó a vivir en El Cerrillo, a pocos kilómetros de Cali. Allí conoció a los trabajadores de la caña, casi todos analfabetos, que le explicaron que lo que querían para sus hijos era educación. En la imagen, un grupo de corteros de caña de la finca Providencia en las inmediaciones del Centro de Formación que el curo fundó para dar una educación a los hijos de los empleados. En los años 60 los corteros y acarreadores vivían en pequeños barracones en los mismos terrenos de la empresa, rodeados de cañaverales, de manera insalubre y sin más enseres personales que una olla para cocinar y un machete para trabajar.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7Y74FWWKLFK77OP6MKMNCFIHXM.jpg?auth=bbcda0470b0d608f74e652e6e12ae52205c13b587519ebdba6d2866728359525&width=414)
![De este modo construyó, con la ayuda de los propios empleados, un centro formativo cuyo sistema educativo hoy ha sido exportado a otros países y acoge a más de 4.000 chavales. El Padre Pérez y Dora Lucía Díaz, directora del centro, paseando por las instalaciones en la actualidad. Canchas deportivas, salones de actos, teatro, zona de residencia, diversos talleres completan en sus ocho hectáreas unos servicios formativos que el Ministerio de Educación Colombiano premió en el año 2008 como mejor Centro Regional de Educación Superior.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/273FRNX57ZKOVH3Z7W46B4BDCI.jpg?auth=de49533e78d8864f94f61e2e58c0199f039155e2ef5a787df061426302726563&width=414)
![Un grupo de niños juega al fútbol en los aledaños del centro de formación donde inculcan el deporte como una herramienta efectiva en la educación de los niños, pues a través de él se fomentan valores y habilidades.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DM2KHF5HURM2XO72DAOVIH3DII.jpg?auth=35fb407cb108f2735204ed9c38fe51b4165abce162a5eaf8024d28d94fad17cd&width=414)
![Tal y como explica Pérez, el sistema de sus centros de formación es autosuficiente: “Gracias a los frentes productivos que mantienen como la división de confección donde realizan uniformes laborales para las empresas más importantes de Colombia”. El centro también pretende contribuir al desarrollo social y económico de la comarca, en los talleres de corte y confección generan formación y empleo a madres solteras además de brindarles la oportunidad de darle a sus hijos educación básica primaria y secundaria.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SANHJQ56AFKYPPGD5VLXIPX32E.jpg?auth=ac5168351f16498c19f6f2c3f5d90c966296ea36195f41592e30db0af39c7bbd&width=414)
![Un grupo de estudiantes en uno de los talleres mecánicos. “Cuando la empresa nos dió la cesión del terreno nos pusimos a trabajar con el poco material que conseguimos comprar, el resto lo íbamos sacando de chatarra, de material donado o del que recogíamos de una manera u otra por los terrenos del ingenio: los antiguos rieles de los trenes de azúcar son hoy las vigas de los talleres mecánicos”, recuerda el misionero.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BARNYYXPBNOM7JCXJUQHKRNMS4.jpg?auth=3b8eaae911b578314e6901adebd2155d4f2c0daf7b1471ee7458365c908ead7e&width=414)
![Después de construir el centro educativo el padre Pérez tenía una cuenta pendiente: la vivienda digna para los trabajadores. Con su terquedad y diplomacia involucró a la empresa y a un buen puñado de empleados para construir, en 1967, un barrio para los setenta y dos trabajadores más humildes, el barrio Oviedo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/A6YQRYSR4FOIDAR525DGA4BYLE.jpg?auth=a0b5b7f19e4c3ee5adece887a06710a104885fc3813f4395190a3b6f32e7c732&width=414)
![Una vista parcial del Barrio Oviedo desde el centro de educación. Hoy, en las calles del barrio Oviedo apenas quedan un puñado de aquellas casas intactas. Esas familias fueron creciendo y con ellas su vivienda. Muchas casas han doblado la altura y han dividido su huerto para que sus hijos construyeran sus hogares. “Casi todos trabajan en el ingenio azucarero igual que lo hicieron sus padres, y la gran mayoría ya no como corteros de caña como ellos, sino trabajando como mandos intermedios gracias a sus estudios en el Centro de Formación Integral”.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GRATEI6B4RP7FFENVYS2X5ZMZQ.jpg?auth=273396993f23d541506e60cb3bb281be09d06c622e7fab00350536c1bb1e77c4&width=414)
![Una familia posa ante su vivienda cerca del Barrio Oviedo. Hace unos diez años, José Pérez descubrió que a poco más de un kilómetro de su barrio “surgió, como por generación espontánea, un nuevo barrio de invasión en el que viven en condiciones lamentables un número indefinido de familias conocido como Techo Azul, por el color de los plásticos que cubren sus casas y que tiñe el hogar de ese color”. Son algunos de los 7,2 millones de desplazados por la violencia que afecta al país.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/42HKP464EVKORGYHHNQ3ER26RM.jpg?auth=25b3fbd4b280df3e75a5d873a66a04d51da656af32f02e9b24f21ac2cc0cab6c&width=414)
![Un antiguo trabajador llega a saludar al padre Pérez en una de las casas que el mismo contruyó para las 72 familias más humildes del ingenio. Todos los edificios están construidos según las exigencias de la Convención de Bruselas de 1927, en la que decía que la vivienda del trabajador debe estar cerca pero fuera de las empresas y tener un pequeño huerto para desestresarse, pero también como una fuente de ingresos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JZEGUAW6NNK5FBOAF74GHYSLYI.jpg?auth=54e6154c63f418a7d2fcbf591200ba07a4c3b889a131c437dceb0df2b4925ad8&width=414)
![Dos jóvenes apadrinadas por Padrinos Asturianos en Techo Azul. Fundada en 1995 por el padre Pérez a su vuelta a temporal a España, esta ONG presta ayuda a menores en situación de extrema pobreza a los que brinda apoyo social y formativo implicando a profesionales que trabajan de manera voluntaria. A sus noventa y dos años continua supervisando los programas de formación o visitando a alguno de los mas de mil niños que la ONG tiene apadrinados en el país.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/76ACMXXQVNPXXDC6YXZPWW2RKY.jpg?auth=b9def8768f70f8e5a68326978ad34b093492b446417474276903f8944fc58574&width=414)