La hija de Anthony Bourdain actúa en un concierto dos días después del suicidio de su padre
“Nuestra pequeña niña tuvo su concierto hoy. Tan fuerte y tan valiente”, publicó ayer la exmujer del famoso cocinero acompañando una foto de su hija de 11 años cantando sobre un escenario
La hija de Anthony Bourdain, el famoso chef y estrella de la televisión estadounidense que según todos los indicios se suicidó el pasado viernes a los 61 años, actúo este domingo en un concierto de música en el que cantó ataviada con ropa de estilo rockero. La noticia se ha sabido gracias a la primera publicación que ha realizado Ottavia Busia la exesposa del conocido cocinero en su cuenta de Instagram. Se trata, precisamente de una fotografía de la hija de ambos, Ariane, de 11 años de edad, cantando sobre el escenario de DROM, un local del East Village neoyorquino conocido por sus actuaciones musicales en directo. La imagen va acompañada de un texto en el que Busia dice: “Nuestra pequeña tuvo su concierto hoy. Estuvo increíble. Tan fuerte y valiente. Usó las botas que le compraste”, decía refiriéndose a un par de botas con tachuelas que lleva la niña en la fotografía. “Espero que estés teniendo un buen viaje, donde sea que estés”, finalizaba el emotivo mensaje.
El desaparecido chef expresó en más de una ocasión que su paternidad, ocurrida cuando tenía 50 años, fue una de los momentos más brillantes de su vida. Según ha manifestado un colaborador del cocinero a la revista People, “era evidente que Tony era un ser humano más amable en todo lo que tenía que ver con su hija. Cuando hablaba de ella sus ojos bailaban y él hablaba constantemente de Ariane”.
Precisamente en la que fue su última entrevista con People, Bourdain habló de lo importante que era para él que el rodaje de la serie que rodaba para CNN, Anthony Bourdain: Parts unkown, le permitiera pasar cinco días al mes con Ariane, que vive con su madre en Nueva York. También declaró el pasado mes de febrero que desde que ella nació sentía “cierta responsabilidad para tratar de vivir”. Una declaración que no es baladí si se tiene en cuenta que llegó a declarar que “honestamente, hubo momentos en mi vida en los que pensé: ‘Estoy en forma ¿por qué no hago esa cosa estúpida y egoísta? ¿por qué no salto desde un precipicio al agua?”
Pensamientos que parecían haber cambiado desde la llegada de su hija Ariane a quien se refirió en pasajes de alguno de sus libros como “el más grande e importante de los trabajos: el amor y cuidado de otro ser humano”. Bourdain se refirió a su hija como “una niña rara con padres extraños. Ha viajado mucho y lo ha disfrutado y me gusta pensar que eso le ha dado una mente inquieta y curiosa que yo aliento en todo lo que puedo”
También tenía muy claras las cosas irrenunciables que quería transmitir a su hija cuando pasara de la niñez a la juventud: “Quiero que sea una mujer que no tenga que mirar a los hombres o a cualquier otra persona para afirmarse y para su autoestima”. Para el chef la paternidad significó “un alivio enorme porque instintivamente me veo obligado a preocuparme más por alguien que no se yo. Me gusta ser padre”.
Anthony Bourdain y Ottavia Busia estuvieron casados durante nueve años y se separaron sin dramas debido principalmente a las vidas separadas a las que les obligaba el apretado calendario de trabajo del cocinero y presentador de televisión. “Mi esposa y yo”, dijo el chef cuando se divorció, “hemos vivido vidas muy separadas. Nos llevemos muy, muy bien y lo que ha sucedido no supone un gran cambio de estilo de vida”.
Bourdain, estaba en Francia trabajando en el próximo episodio de su programa Parts Unknown, sobre comida y viajes, cuando fue hallado "ahorcado" a primera hora del pasado viernes en el hotel de lujo de Kaysersberg, a unos 75 kilómetros de Estrasburgo, en el que se alojaba. Su amigo Eric Ripert, chef francés asentado en Nueva York, fue quien lo encontró sin conocimiento en su habitación.
El fiscal de Colmar, Christian de Rocquigny du Fayel, manifestó que no existían evidencias de violencia o de intervención de un tercero en la muerte de Bourdain. Horas después de su muerte fue Gladys Bourdain, madre de Anthony, quien manifestó a The New York Times que no había tenido ninguna sospecha sobre las intenciones de su hijo: “Él es la última persona en el mundo que hubiera soñado haría algo como esto”, manifestó. Gladys Bourdain también dijo a esta publicación que había hablado con Eric Ripert y que le había dicho que “Tony había estado de mal humor los últimos días antes de su muerte”.
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