Windsor, escenario de la boda y palacio favorito de Isabel II
En este castillo se han casado futuros reyes, hijos de la reina Victoria y Carlos de Inglaterra, padre del novio, con Camila Parker Bowles
El castillo de Windsor, el favorito de la reina Isabel II para pasar sus fines de semana, volverá a ser escenario de una boda real este sábado. Ubicado en el condado de Berkshire, a una hora en tren desde Londres, forma parte de la historia de la familia real británica desde que comenzó su construcción en el siglo XI, tras la conquista normanda de Inglaterra por Guillermo I el Conquistador. A día de hoy es la segunda residencia real europea más antigua después del Real Alcázar de Sevilla y uno de los mejores exponentes del estilo gótico perpendicular.
Pero lo impresionante del escenario no restará protagonismo a los novios del año, Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, que se darán el sí quiero en la capilla de San Jorge, construida por Enrique III en el siglo XIV. El conjunto ocupa cinco hectáreas, tiene cerca de setecientas habitaciones, tres túneles secretos, 150 empleados y una cocina que es la más antigua del país y se encuentra a pleno rendimiento, incluidos sus relojes, que suelen estar adelantados cinco minutos para que la comida siempre llegue en punto a la mesa.
El día 19 sólo 2.640 privilegiados presenciarán la llegada de los novios tras el enlace desde los terrenos del Castillo de Windsor, pero el castillo —o al menos algunas partes del mismo— está abierto a las visitas del público. Además del propio palacio, un parque real privado de 265 hectáreas bautizado como Home Park ofrece jardines, avenidas, tierras de cultivo, un campo de golf y un campo de cricket, más la Frogmore House, una casa de campo rodeada por 14 hectáreas que acogerá la posterior recepción que se dará a un selecto y más reducido grupo de 600 invitados.
Pero antes de que el príncipe Enrique y la exactriz estadounidense formen parte de la historia de este castillo, otras parejas reales ya unieron su futuro en este mismo escenario.
En 1863, la capilla de San Jorge fue el lugar elegido para celebrar el enlace entre el príncipe Alberto, conocido por su familia como Bertie y la princesa danesa Alexandra. Quien llegó a reinar como Eduardo VII había conocido a su esposa solo un año antes y había sido bautizado en esta misma capilla en enero de 1842. Era el hijo mayor de la reina Victoria y el príncipe Alberto.
Tres años más tarde, en 1866, otra de las hijas de la reina Victoria, la princesa Louise, se casó en el mismo lugar con el marqués de Lorne, heredero del ducado de Argyll. La acompañaron su madre y sus dos hermanos mayores, los entonces príncipe de Gales y duque de Edimburgo. Y en 1879 también contrajo matrimonio en la capilla de San Jorge el séptimo hijo de la reina Victoria, el príncipe Arturo, con la princesa Louise, sobrina nieta del emperador alemán.
En 1880 le llegó el turno a la princesa Frederica, hija mayor del rey Jorge V de Hannover. En 1882 fue el príncipe Leopold, el octavo hijo de la reina Victoria que se casó con Helena Friederike, cuñada del rey Willem III de los Países Bajos. En 1891 ya fue una nieta de la reina Victoria quien eligió este escenario: era la princesa Marie Louise de Schleswig-Holstein. Otra nieta, Alicia María de Albany, la siguió en febrero de 1904. Y en 1905 le llegó el turno a la princesa Margaret, hija del duque de Connaught, que contrajo matrimonio con quien después fue el rey Gustavo VI de Suecia. 1919 y 1957 también fueron fechas de boda en este lugar para la familia real británica: lady Helena Cambridge y Anne Abel Smith, fueron sus protagonistas respectivamente.
Y ya con personajes más cercanos a la historia de amor del príncipe Enrique y Meghan Markle, el 18 de julio de 1992 se casó allí lady Helen Windsor, hija del duque de Kent, con Timothy Taylor.
El 19 de junio de 1999, fue el momento de un familiar en línea directa de la reina Isabel II, su hijo menor el príncipe Eduardo, que se unió en esta misma capilla con Sophie Rhys-Jones. Actuaron como padrinos de su enlace sus dos hermanos mayores, el príncipe Carlos y el príncipe Andrés. Y en 2008 fue Peter Philips, el primer nieto de la reina Isabel e hijo de la princesa Ana, quien se casó allí con Autumn Kelly.
Lo que quizá no sospechaban siquiera aquellos muros es que, el 9 de mayo de 2005, uno de los padrinos ilustres de la boda del príncipe Eduardo se convertiría en el novio en una de las bodas más polémicas que ha pasado por este castillo. Porque ese día fue el elegido por el actual heredero de la corona, el príncipe Carlos, para casarse en una ceremonia civil oficiada en Windsor Guildhall con Camila Parker Bowles, actual duquesa de Cornualles y que fue su amante durante su matrimonio con la princesa Diana.
Tras la ceremonia civil, la pareja acudió a un servicio religioso de oración en la capilla de San Jorge, la misma que verá este sábado cómo se casa el hijo menor que tuvo con lady Di, que recibió el apodo de princesa del pueblo por su cercanía con los ciudadanos y cuya muerte causó una de las mayores crisis de los últimos tiempos en la monarquía británica. En parte por el escándalo que había supuesto el divorcio de la pareja, sus aireadas relaciones sentimentales paralelas y, sobre todo, la fría reacción de la familia real cuando la princesa Diana murió en accidente de tráfico en París, mientras pasaba unas vacaciones con Dodi Al-Fayed, hijo y heredero del multimillonario egipcio Mohamed Al-Fayed, propietario de los almacenes Harrods y del hotel Ritz de París.
Esa es otra larga y polémica historia, pero sin duda Diana volverá a aparecer de alguna manera en el castillo de Windsor cuando su hijo pequeño le dé el sí a una exactriz que él mismo ha dicho que sería del agrado de su madre.
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