Candidato de choque
El perfil xenófobo de Torra le impide representar a los catalanes
Cuesta creer cuán bajo están dispuestos a hacer caer al autogobierno catalán los líderes independentistas. La elección de Quim Torra i Pla como candidato a la presidencia de la Generalitat confirma el carácter más inquietante de su proyecto: la construcción de una Cataluña independiente en confrontación con la mitad de Cataluña y el resto del Estado español y en sintonía con los movimientos ultranacionalistas y xenófobos europeos. Incluso la forma en que se ha elegido al candidato, por designio de Carles Puigdemont, confirma la deriva autoritaria y personalista del secesionismo.
Editoriales anteriores
Las primeras declaraciones de Torra ya como candidato no dejan lugar a dudas. Habrá un lugar para el Govern “en el exilio”, se trabajará por dar respuesta al “mandato del 1-O”, lo que implica recuperar las leyes de ruptura aprobadas por el Parlament y anuladas por el Tribunal Constitucional, y se caminará hacia un “proceso constituyente”. Son palabras más que inquietantes porque, salvo que quedaran en mera retórica, implican el inicio de un nuevo proceso unilateral de independencia dispuesto a vulnerar otra vez la Constitución y el Estatuto y seguir provocando el enfrentamiento en contra de la voluntad de más de la mitad del electorado catalán.
El perfil xenófobo de este abogado y ensayista agudiza la crisis. Ha pedido perdón por sus comentarios despectivos y ofensivos contra los españoles y los ha borrado de la red social en la que los publicó. Se ha excusado diciendo que los difundió hace seis años y que lo importante son los hechos y no las palabras. Pobre e insuficiente disculpa de alguien que no ha aclarado si sigue pensando que los españoles solo saben expoliar como creía entonces. Su imborrable ideología entronca con los movimientos xenófobos de la ultraderecha europea. El independentismo catalán, que inició su proceso de ruptura prometiendo una nueva democracia “en forma de república” dentro de la Unión Europea, se asemeja más al nacionalismo etnicista de Viktor Orbán en Hungría que al republicanismo europeísta de Emmanuel Macron. No es una sorpresa. Puigdemont estrechó lazos en Bélgica durante su huida con los nacionalistas flamencos del N-VA y los racistas y neonazis del Vlaams Belang.
Junts per Catalunya recorre un camino de difícil retorno desde los centristas y liberales con los que Convergencia se alineó en el pasado hacia las formaciones antieuropeas de extrema derecha. En el caso catalán —otro rasgo extraordinario— converge con la izquierda republicana de ERC, que emitía señales de alejamiento del independentismo unilateral y que ha terminado, sin embargo, rindiéndose a los dislates y dictados de Carles Puigdemont. ¿Es de verdad Torra el candidato de Junqueras y ERC para gobernar Cataluña? ¿Es la persona idónea para representar la dignidad del autogobierno catalán y de sus instituciones ante el resto de España y de Europa? ¿Puede encabezar un diálogo fructífero alguien con semejantes prejuicios etnicistas y con tan poco talante democrático?
La elección de Torra es una pésima señal, sobre todo, para los catalanes, porque promete confrontación e ilegalidad en lugar de políticas que resuelvan sus problemas reales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.