_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Eguiguren

A mí siempre me ha parecido Jesús Eguiguren un hombre valiente, inteligente, honrado, y digno de admiración

Almudena Grandes
Jesús Eguiguren, expresidente del PSE y negociador con ETA, en San Sebastián. Octubre, 2015.
Jesús Eguiguren, expresidente del PSE y negociador con ETA, en San Sebastián. Octubre, 2015.Javier Hernández Juantegui

Para olvidar a ETA, para enterrar definitivamente sus siglas y sus actos en el desván de las peores pesadillas, es imprescindible recordar. La memoria es balsámica, es justicia siempre y, sobre todo, ahora. Las imágenes de las víctimas de ETA son una manera de contar la historia reciente de España, estremecedor el paso del tiempo sobre los peinados, los vestidos, los zapatos que testimonian la larguísima secuencia cronológica de la muerte repetida, el imperio del error que se transformó en terror, la violencia que infiltró una sociedad entera, desde fuera hacia adentro, hasta las capas más íntimas de la vida cotidiana, de la convivencia familiar, de la construcción de la identidad de generaciones enteras de niños y adolescentes. Aunque ETA dejara de existir hace ya tiempo, es justo, es bueno recordar, para que el horror no se repita, para que las familias de las víctimas sientan el calor de la solidaridad, para honrar a quienes se atrevieron a soñar con la paz. Por eso quiero recordar hoy a Jesús Eguiguren, el Negociador de la espléndida película de Cobeaga que deberían ver todos los españoles, el protagonista del no menos espléndido documental El fin de ETA, que deberíamos ver dos veces. Nunca olvidaré la impresión que me produjeron las palabras con las que resumió su acercamiento a Otegi, mira, Arnaldo, no podemos dejarle esto así a nuestros hijos… Muchas víctimas nunca le entendieron, y lo comprendo. Muchos de sus compañeros del PSOE lo consideraron un traidor, y eso no lo entiendo. A mí siempre me ha parecido un hombre valiente, inteligente, honrado, y digno de admiración. Me habría gustado ver su nombre destacado en las crónicas de la disolución definitiva de ETA. Yo lo escribo aquí, y le doy las gracias.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_