Estas son las medidas que prepara el Gobierno para acabar con el botellón
Qué propone, qué permite y qué prohíbe el informe que será la base para la nueva legislación
Una vez que se ha olido la primavera, en este país, ya nadie da marcha atrás. Ha empezado la temporada del lagarto, todo el mundo quiere estar fuera, en las terrazas; y si no hay terraza o no hay presupuesto para ocupar una, en la calle: una cervecita en un parque, en el banco de enfrente, en la plaza... Cuando unos empiezan a enseñar tobillo y talón, la policía de pueblos y ciudades comienza a preparar la libreta de multas.
En España, beber en la calle es ilegal y lo que cuesta esa infracción depende de dónde estés. En Madrid, una lata de cerveza, un calimocho o un ron con limón en la calle puede llegar a costar hasta 500 euros para los menores, 600 como mínimo si quien bebe ya ha cumplido los 18, esa es la multa por no cumplir con la ley municipal, que prohíbe consumir alcohol en la vía pública; en Barcelona oscilan entre los 30 y los 1.500 euros, dependiendo de cuánto se altere a los vecinos; en Bilbao, la más baja son 750, la más alta, 3.000 euros; y en Zamora, van de 30 a 600 euros.
Entre otras muchas cosas, eso también cambiará con la nueva ley del alcohol. Este pasado martes, la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas dio vía libre al informe que tiene que servir de base para la futura legislación y que ahora recibirá el Ministerio de Sanidad. Fue avalado por todos los partidos (con algunos votos particulares y la abstención de ERC y PNV) y propone una extensa lista de medidas educativas, sociales y sanitarias para acabar con el botellón y las consecuencias que tiene sobre los menores. Te contamos las claves.
¿Cuál es el objetivo?
Tiene varios, aunque el más importante es retrasar la edad a la que se comienza a beber hasta los 18 años y hacer crecer la conciencia social sobre los riesgos que tiene consumir alcohol. Todo el foco está en conseguir que el consumo de alcohol por parte de los menores sea cero. Como quiere tener un carácter "educativo y pedagógico" y garantizar la protección de los menores, incorpora una serie de sanciones que llegan hasta los adultos, aquellos que permitan o fomenten el consumo, especialmente si obtuvieran beneficio con dichos actos.
¿Qué quiere prohibir?
— La venta y consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública —lo que se conoce como botellón—, salvo en áreas autorizadas como terrazas.
— Los happy hour en los locales.
— La venta de bebidas alcohólicas en gasolineras.
— La publicidad relacionada con el consumo de alcohol en horario infantil (tampoco una hora antes ni una después).
¿Que quiere restringir o regular?
— El patrocinio y otras formas de financiación a actividades deportivas, culturales, educativas y de ocio en las que sea probable que haya menores.
— Las medidas contra los locales y comercios que vendan o suministren alcohol a menores de manera repetida, y podría llegarse al cierre de esos establecimientos.
— Los horarios de venta en los establecimientos en los que no esté permitido su consumo inmediato, es decir, que no sean bares, cafeterías o pubs; también en la venta a domicilio y en la televenta, por ejemplo, de las 22.00 a las 07.00 (algo que ya ocurre en algunas ciudades como Madrid).
— La obligación a los locales de suministrar agua gratuitamente y la embotellada a precio reducido.
¿Qué propone?
— Revisar los impuestos y fijarlos según la cantidad de alcohol puro que contengan.
— Considerar la posibilidad de destinar parte de las subidas de impuestos a actuaciones preventivas.
— Incluir en el etiquetado de las bebidas imágenes disuasorias, como las que ya existen en el tabaco.
— Prestar especial atención a las bebidas gratis o la venta de alcohol en fiestas patronales, tradicionales, ferias o eventos masivos.
— Establecer un perímetro alrededor de lugares en los que hay menores de forma habitual para limitar la publicidad, la promoción y el patrocinio de bebidas alcohólicas; y pone como ejemplo un límite de 100 metros lineales del perímetro de centros escolares.
— Formas especiales para detectar y prevenir el consumo en familias con antecedentes de abuso de alcohol; además de información, formación y asistencia en los hogares.
— Incluir, desde la Educación Primaria y hasta la Formación Profesional, contenidos destinados a promover la educación para la salud.
— Establecer protocolos de detección en los centros educativos y poder derivar, si es necesario, a los servicios sociales o sanitarios más adecuados.
— Aumentar las campañas de concienciación social en todas partes (virtuales y físicas) sobre el alcohol y otras drogas y adicciones.
— Fomentar otras formas para celebrar las fiestas culturales y patronales (valorando la posibilidad de bajar los precios de otras ofertas de ocio).
— Modificar la recomendación actual que hace referencia a un consumo moderado y a la responsabilidad de cada uno, por algo más adecuado como "tolerancia cero en menores", "menores sin alcohol" o "menores, ni una gota".
— Dar más margen de maniobra a los profesionales sanitarios para detectar problemas y establecer protocolos de coordinación en relación a los comas etílicos.
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