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Blog de la defensora del Lector
Tribuna
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Pensiones: una voz discordante

Quejas por una tribuna en la que se afirmaba que los jubilados carecen de motivos para movilizarse

Manifestación por unas pensiones dignas en Bilbao el pasado 9 de abril.
Manifestación por unas pensiones dignas en Bilbao el pasado 9 de abril.VINCENT WEST (REUTERS)

El futuro de las pensiones preocupa con toda razón a los españoles y es tema informativo frecuente en las páginas de Economía, y también en las de Opinión. Este periódico ha recogido con amplitud las recientes manifestaciones de jubilados, y ha hecho un seguimiento de tan crucial asunto en entrevistas con expertos, columnas de opinión y editoriales. A todo ello se sumó el lunes, 9 de abril, una tribuna de Julio Carabaña, catedrático de Sociología (emérito) de la Universidad Complutense de Madrid, que analizaba la situación de los pensionistas desde otra perspectiva. El artículo, titulado  Pensionistas, egoístas y demagogos, ha irritado a algunos lectores, y suscriptores del diario.

El profesor Carabaña sostenía en él, basándose en estadísticas de la Oficina europea de estadística (Eurostat), que los jubilados “han quedado al margen de la crisis y deberían esperar un tiempo” antes de reclamar los beneficios por el crecimiento actual. Ya que el poder adquisitivo medio de los jubilados “es similar al de los activos”, se argumentaba, razón por la cual no hay motivos para llenar “las grandes avenidas reclamando más”.

José Cregut Ruiz, suscriptor, es lacónico en su queja: “Un diario de prestigio y con su habitual línea editorial no se puede permitir el lujo de publicar un artículo como el firmado por Julio Carabaña. Ustedes conocen mejor la realidad. Me he sentido realmente ofendido. Espero rectifiquen y pidan disculpas por tan lamentable artículo”.

También se ha sentido ofendido otro lector, Francisco Javier Muñoz, que escribe: “¿Hacía falta que se insultara a los pensionistas por reclamar legítimamente subidas dignas de sus pensiones? ¿Este señor sabe lo que son las pensiones mínimas?”. Además de al autor, el señor Muñoz culpa a EL PAÍS por “consentir” una publicación así. “¿Lo siguiente que será? ¿Insultar y llamar demagogos e insolidarios a los funcionarios, policías y guardias civiles, kellys o cualquier colectivo que reclame sus derechos porque siempre habrá, desgraciadamente, otros en peor situación y en desigualdad?” En opinión de este lector, el artículo de Julio Carabaña, no debería haberse publicado en este diario, “para no ofender a la mayoría de sus lectores y suscriptores”.

La opinión del autor se apoya en datos de Eurostat

La lectura del artículo en cuestión impulsó a otro lector, Dionisio Rodríguez Castro, a escribir una larga carta y hasta un esbozo de tribuna para rebatir los argumentos del profesor Carabaña. “Julio Carabaña hace el juego sucio al Gobierno al hablar de pensiones y pensionistas en su tribuna llamándolos egoístas y demagogos”, escribe en su carta. “Se ha vestido de tecnócrata para hacerlo. Pero se le olvidan cosas reales: el pensionista está incapacitado para siempre para complementar su pensión incluso si quisiera hacerlo con habilidades artísticas y no laborales; los recortes que se les asignen van a ser permanentes, lo que no ocurre con la población en edad activa que se beneficiará de una mejora de la economía, además de que sus gastos fijos les afectan como a cualquier ciudadano”. Este lector recuerda que las movilizaciones de pensionistas solo se hacen para evitar que se resienta su poder adquisitivo. Y considera que la tribuna debería haberse publicado junto a otra que defendiera las razones de los pensionistas para movilizarse. “Eso es debatir”, apostilla.

José Ignacio Torreblanca, jefe de Opinión, considera infundadas las críticas. “La tribuna del profesor Carabaña, uno de los mejores sociólogos de este país, se basa en datos contrastados. Ninguno de los lectores que se ha dirigido a la Defensora ha cuestionado esos datos ni su análisis. No es el primer experto que ha señalado que como colectivo los pensionistas han perdido menos en términos relativos durante la crisis que otros colectivos, como los jóvenes. Lo que es cierto para el conjunto de los pensionistas no tiene, como es obvio, que ser cierto para todos los individuos de ese grupo, numerosísimo y muy dispar. En cuanto al título, no es ‘Pensionistas: egoístas y demagogos’ sino que hay una coma que los separa claramente. No hay por tanto lugar para la ofensa sino para la reflexión y el análisis basado en datos rigurosos, que es el objetivo de la sección de opinión”.

En mi opinión, el título es responsable, en buena medida, de las reacciones de los lectores. Ciertamente no se dice en él que los pensionistas sean egoístas ni demagogos, más bien se mencionan las tres palabras separadamente: pensionistas, egoístas y demagogos. Pero eso no impide que su lectura sea impactante. Dicho esto, el artículo del profesor Carabaña puede disgustar o dar pie a una argumentación discrepante, pero no veo en él afirmaciones ofensivas. En cuanto a la necesidad de contrastarlo con otros textos que defiendan las razones de los pensionistas, EL PAÍS ha publicado varios y, estoy segura, seguirá publicándolos.

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