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Dolce & Gabbana aseguran que cuando ellos no estén se acabará la firma

Los modistos italianos niegan que tengan planeado vender la empresa o nombrar un sucesor para cuando ellos no puedan seguir

Stefano Gabbana (izquierda) y Domenico Dolce.
Stefano Gabbana (izquierda) y Domenico Dolce.gtresonline
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Los diseñadores italianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana crearon un imperio de dos piezas que no tiene sentido sin la otra mitad. En una entrevista con el periódico italiano Il Corriere della Sera, publicada un día antes de su salto a las pasarelas de Nueva York, revelan que con ellos desaparecerá también su marca y que han rechazado todas las ofertas de compra que han tenido hasta el momento, así como la idea de nombrar un heredero que les suceda. “Una vez que estemos muertos, estaremos muertos. No quiero que un diseñador japonés empiece a diseñar Dolce & Gabbana”, explica Stefano. En la conversación también hablan de su vida en común después de su ruptura sentimental, hace más de 15 años, que dio paso a una metamorfosis que reconvirtió a la firma en un productivo negocio de dos amigos.

En ese sentido explican que cuando zanjaron su relación de pareja decidieron dejar la parte empresarial bien atada. “Creamos un fideicomiso que ninguno de los dos puede tocar”, revela Gabbana. Ambos coinciden en que la moda, para ellos, es algo más que dinero. “No tengo tiempo para gastarlo, siempre estoy en la oficina trabajando. No me interesa nada hacerme más rico, mi objetivo es tener éxito”, detalla Stefano, de 56 años. Dolce, de 59, descubre que tampoco les atrae la idea de que su buque insignia, que facturó 1.300 millones de euros en 2016, cambie de manos. “Hemos rechazado todas las ofertas de compra. Tener tanto dinero si ya no eres libre, ¿de qué te sirve? No se va al cementerio en un ataúd lleno de dinero”.

Su historia nació en 1980 a partir de un brillante vínculo profesional sin precedentes en su campo y el amor llegó con el tiempo. Entonces Dolce tenía 22 años y trabajaba como asistente de un estilista y Gabbana, de 19, “vestía siempre con jeans rotos; en primavera, verano, otoño e invierno”. Un lustro más tarde, en 1985, presentaron su primera colección juntos en Milán. Hasta 1999 no hablaron por primera vez en público de los detalles de su idilio, que dieron por terminado tres años después. Pero los lazos empresariales han seguido intactos hasta hoy. “Antes hacíamos el amor, vivíamos juntos y ya no, pero le amaré siempre”, precisa Gabbana al Corriere y replicaba Dolce: “La gente se divorcia y se mata por el dinero y por las casas. Pero entonces no se han querido. Todavía hoy, lo mío es suyo y lo suyo es mío”. Domenico también aclara que su amor “no se ha terminado nunca. Hubo una perturbación hormonal, que es diferente”. Ambos cuentan que en sus casas siempre hay una habitación reservada para el otro. “Nuestras parejas lo saben: si te parece bien, es así; si no te parece bien, es así igualmente”, concluye Dolce.

Stefano Gabbana (izquierda), Naomi Campbell y Domenico Dolce (derecha).
Stefano Gabbana (izquierda), Naomi Campbell y Domenico Dolce (derecha).Gtresonline

En su conversación, también critican las redes sociales y a los que “retocan las fotos en sus perfiles”. Domenico relata que recientemente ha hecho entrevistas con jóvenes estilistas. “Miras sus fotos, después les miras a la cara y… son irreconocibles y pienso: pero, ¿eres tonto?”. Sin embargo, confiesa, que aunque no en Instagram, también es amigo de los retoques. “Hace cinco años me arreglé los ojos. Se me estaban cayendo los párpados”.

Habitualmente los ricos y exclusivos clientes de Dolce & Gabbana de todo el mundo visitaban Italia para descubrir sus colecciones de alta moda y alta sastrería. En el Bel Paese les esperaban fiestas fastuosas en parajes emblemáticos, como Venecia, Capri, Palermo o Portofino, engalanados para la ocasión con el maximalismo de los dos diseñadores. Pero en 2016 la pareja de modistos cambió el guion y decidió llevar el producto directamente a sus compradores. Ese año dieron su primer salto internacional en Hong Kong y el año siguiente se estrenaron en Japón, con una colección exótica pensada especialmente para el mercado asiático.

Este año han preparado su desembarco en el continente americano. Del 6 al 10 de abril presentan sus dos colecciones de alta costura y la de alta joyería en Nueva York, en medio de una gran expectación. Para mantener el factor sorpresa, aún no han desvelado los escenarios en los que exhibirán sus creaciones en la Gran Manzana. De ahí se trasladarán a México la próxima semana.

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