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Baño de estrellas en Hollywood para el príncipe heredero saudí

Mohamed bin Salmán hace parada en la meca del cine durante su tour de tres semanas por Estados Unidos

El príncipe saudí Mohammed bin Salman con Richard Branson, fundador de Virgin, el pasado 2 de abril en California.
El príncipe saudí Mohammed bin Salman con Richard Branson, fundador de Virgin, el pasado 2 de abril en California.BANDAR ALGALOUD (Getty Images)

En Washington se reunió con Donald Trump. En Los Angeles, con Dwayne “The Rock” Johnson. Estas dos citas son parte del programa de actos del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, a lo largo de su tour de tres semanas por Estados Unidos. MBS, acrónimo por el que es conocido, se está reuniendo con las personalidades más destacadas en cada esfera de poder estadounidense. Y a su llegada el lunes a Los Angeles para una semana de reuniones, nada mejor que comenzar con una cena de altura que convocó a los pesos pesados de la industria.

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Allí estuvieron, además de “The Rock”, Michael Douglas o Morgan Freeman junto con los realizadores James Cameron y Ridley Scott. Una cena íntima que ofreció el magnate Ruppert Murdoch al príncipe saudí en su casa de Bel Air. Según fuentes presentes en el evento, la cena se convirtió en un festival de selfies con las estrellas, a requerimiento del séquito que acompañaba a MBS. El heredero también departió con muchos de los comensales en una mesa en la que también se sentaron las fuerzas vivas de la industria. Junto con Murdoch, recuperado de un problema de salud que le ha mantenido retirado de la vida pública, estuvo el CEO de Disney, Bob Iger, y su esposa, Willow Bay; el presidente de Universal, Jeff Shell; el destacado ejecutivo de Fox TV, Peter Rice; y la jefa de los estudios Fox, Stacey Snider. En total, unos veinte comensales entre los que también estuvieron la esposa de Murdoch, Jerry Hall, y los CEO de los estudios Warner Bros, Kevin Tsujihara, y de Nat Geo, Courtney Monroe.

La conversación con el príncipe de 32 años fue distendida alternando los intereses económicos que podría generar una mayor unión entre Hollywood y Arabia Saudí con anécdotas de Hollywood, según las mismas fuentes. Todo ello regado con vinos de los viñedos de Murdoch que se escanciaron durante la cena. Las reuniones de perfil alto con el músculo de Hollywood continuarán a lo largo de la semana. MBS tiene agendadas reuniones con el CEO de la compañía Endeavor, Ari Emanuel, conocido como uno de los principales agentes de Hollywood y caricaturizado en la serie El séquito. El príncipe heredero también se reunirá con el productor Brian Gazer y con la actriz y productora, además de personalidad televisiva, Oprah Winfrey.

Una agenda apretada en un viaje en el que además de Washington y Los Angeles también están en su programa paradas en Nueva York, Boston, Houston, San Francisco y Seattle. Por eso, Mohamed bin Salmán y su séquito se han asegurado un descanso de príncipe cerrando al público el hotel Four Seasons de Beverly Hills. MBS ha contratado sus 258 habitaciones, incluidas las 100 suites del hotel, durante toda su estancia en Los Angeles. La inusual reserva ha creado el caos en un hotel que es el centro del glamour de Hollywood, conocido por sus numerosos eventos relacionados con la industria del cine y por el que es normal ver pasear a las estrellas por sus pasillos. Por si el hotel se le queda pequeño, MBS también ha reservado otras 40 habitaciones en el colindante L’Ermitage, otro establecimiento de lujo, donde al igual que en el Four Seasons los precios comienzan en los 600 dólares por noche (unos 500 euros). “El gasto de esta reserva es asombroso, algo que no se ve todos los días en Beverly Hills”, comentó una fuente a otra de las publicaciones de la industria.

Además del caos hotelero, la presencia del príncipe saudí en Los Angeles trajo consigo el caos circulatorio y numerosas protestas contra su régimen. Desde su proclamación como príncipe heredero, el pasado junio, MBS proyecta una imagen de modernidad y se muestra dispuesto a reformar una Arabia Saudí ultraconservadora y hermética. Entre las normas más draconianas que quiere cambiar está la prohibición que existe desde hace 35 años sobre las salas de cine. También ha hablado del levantamiento de restricciones a mujeres, de la pérdida de poder de estamentos religiosos y de una apertura a inversores extranjeros. Pero en las protestas convocadas ante la sede de Endeavor, el grupo feminista Code Pink se quejó del trato del que son objeto las mujeres en Arabia Saudí.

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