_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Entre la urna y el castigo

La ley es la manera que tiene la democracia de protegerse contra sí misma

Jorge Galindo
Manifestantes ante los juzgados Almería.
Manifestantes ante los juzgados Almería.GTRESONLINE

Ocho de cada diez españoles está a favor de la prisión permanente revisable. Más de la mitad contemplarían la pena de muerte para delitos muy graves. Buscar “Ana Julia” hoy en Twitter es asomarse a un abismo muy oscuro. Muchos observamos alarmados, algunos incluso escandalizados, estas dinámicas. Desde una perspectiva progresista, el espacio que gana el populismo punitivo es preocupante. Pero debería serlo siempre.

Aparentemente lejos quedan los escraches a políticos en las puertas de sus casas, las demandas de escarnio para banqueros y corruptos. No tan lejos las peticiones que de cuando en cuando emergen de prohibir ciertas ideologías que no nos gustan. A veces es la izquierda solicitando eliminar la extrema derecha del panorama discursivo, otras es el conservadurismo el que termina empleando palancas, cuanto menos, preocupantes.

En cierto modo, es natural: el impulso de todos es castigar con más ahínco aquello que más se aleja de nuestro ideal moral, ético, personal y político. Sin embargo, que sea natural no quiere decir que sea bueno, ni deseable. Nuestra condición humana tiene, potencialmente, tantas virtudes como defectos, y lo característico de una sociedad abierta y en libertad es que todos ellos se expresan por igual. La ley es la manera que tiene la democracia de protegerse contra sí misma.

Pero la ley no es inmutable, ni debe serlo, sino que está sujeta precisamente a nuestras preferencias, y por tanto también a nuestros impulsos. Además, quienes la elaboran, la ejecutan y la hacen cumplir no son sino personas, claro está. El dilema está servido, y ¿cuál es la solución con la que hemos dado? Aceptar nuestras limitaciones y ponernos barreras a nosotros mismos. Que no nos impiden avanzar, sino que nos obligan a hacerlo despacio, considerando nuestro entorno. Partidos, Parlamentos, comisiones, subcomisiones, cuerpos funcionariales, jueces, fiscales, sistemas de apelación, códigos penales, códigos civiles, constituciones: es todo lo que hay y debe haber entre las redes sociales, la conversación de bar, la columna airada, el grito en la calle, la urna… y el castigo. @jorgegalindo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge Galindo
Es analista colaborador en EL PAÍS, doctor en sociología por la Universidad de Ginebra con un doble master en Políticas Públicas por la Central European University y la Erasmus University de Rotterdam. Es coautor de los libros ‘El muro invisible’ (2017) y ‘La urna rota’ (2014), y forma parte de EsadeEcPol (Esade Center for Economic Policy).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_