El largo silencio de Robin Wright sobre Kevin Spacey
La actriz, unida a la causa feminista, nunca ha hablado de su compañero en la serie ‘House of Cards’, serie que acaba de presentar su nueva temporada
La pasada temporada de House of Cards dejaba claro que le había llegado el turno a Claire Underwood, el personaje de Robin Wright en la popular serie política de Netflix. En el teaser estrenado durante los Oscar de la nueva y última temporada ese momento se confirmaba: Claire Underwood aparece sentada en la Casa Blanca. Ni rastro de Frank Underwood, es decir, Kevin Spacey como se anunció en diciembre después de su despido fulminante tras las acusaciones de acoso.
House of Cards terminará su emisión en otoño de este año sin Spacey, sin Frank Underwood. El turno le había llegado a Claire Underwood antes de que se supiera nada sobre el comportamiento de “depredador sexual” del actor, como lo han definido sus compañeros. Sin embargo, aquel final de temporada del año pasado no era premonitorio, ni siquiera estaba planeado porque las denuncias contra Spacey estuviera yendo demasiado lejos, simplemente era una evolución lógica y que incluso llegaba demasiado tarde para el personaje más apreciado del show, Claire.
Hay quien lamenta que el relevo de protagonismo no solo llegue tarde sino que haya llegado solo cuando ha salido a la luz toda la verdad. Los denunciantes y otros trabajadores en la serie insisten en que “todo el mundo sabía muy bien” lo que ocurría, cómo Spacey creó un entorno tóxico para los jóvenes que tenían que interactuar con él”. En ningún momento, especifican que Robin Wright lo supiera, como si lo hacen sobre el productor Beau Willimon, pero se entiende que la actriz también era consciente de lo que estaba ocurriendo.
Desde que saltara la noticia sobre Kevin Spacey, Robin Wright apenas ha aparecido en público. Salió justo después de las primeras acusaciones, en la presentación de una nueva colección de pijamas que ha hecho con fines benéficos, pero entonces prefirió mantenerse en silencio y así ha continuado. ¿Por qué? ¿Por qué se ha mantenido en silencio cuando antes ha sido explícita sobre la diferencia salarial entre ambos, por ejemplo?
Puede haber una razón clara: desde hace dos temporadas y, probablemente, como compensación por esa subida de sueldo prometida y que nunca llegó, Robin Wright es productora ejecutiva de House of Cards; además de directora ocasional desde la segunda temporada. Estando en esta posición, simplemente podría estar manteniéndose en línea con la respuesta oficial ofrecida por Netflix.
Eso o una posible amistad que la una al actor parecen las únicas razones plausibles para explicar por qué Robin Wright definida siempre como actriz activista, conocida por su trabajo solidario, no haya dicho nada aún. O quizá esté esperando a la promoción de esta última temporada de House of Cards en la que le será difícil escapar de las preguntas.
Cuando explicó que había exigido el mismo sueldo que cobraba Kevin Spacey también esperó a hacerlo público en la promoción de una de las temporadas. Entonces dejó claro que nunca había pretendido convertirse en una portavoz de la igualdad salarial entre hombres y mujeres, como lo eran entonces Patricia Arquette o Jennifer Lawrence: “fue una de las 20 preguntas que me hicieron y se transformó en viral”, dijo.
Pero sin querer ser portavoz oficial de ninguna causa, siempre ha hablado claro sobre la necesidad de un empoderamiento femenino y de un cambio urgente en la industria. Ha dado charlas, colaborado con asociaciones y ha repetido muchas veces cuánto se arrepintió por no trabajar más para aumentar sus ahorros personales durante las dos décadas que estuvo casada con Sean Penn y se centró en el cuidado de los dos hijos de la pareja, Dylan y Hopper.
Según cálculos hechos por Forbes, Wright habría estado cobrando unos 80.000 dólares menos por capítulo que Kevin Spacey. Cuando ella se puso a investigar y se dio cuenta de que su personaje era más querido que el de él, y que compartían el protagonismo reclamó la paridad que nunca le concedieron alegando que Kevin Spacey era uno de los productores fundadores y fue cuando a ella le ofrecieron el título de productora ejecutiva.
Y como contó en una entrevista de junio del año pasado, aquello tampoco la dejó del todo satisfecha. "No me gusta que me engañen", explicó. "A nadie le gusta. Es un trabajo tan dominado por hombres. Y hace falta que cambie la condición de los hombres. Una reeducación. Una nueva forma de pensar. Una nueva filosofía. Creo que tiene que pasar en todas las industrias, cuando estamos haciendo lo mismo que los hombres y aun así nos pagan menos".
Sin embargo, en esta ocasión ha decidido mantenerse en silencio, por ahora. Quizá solo esté esperando a que llegue su turno, como hizo Claire Underwood.
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