Se cierran las votaciones de los Oscar, empieza la fiesta

Hollywood huele a fiesta. El domingo se entregan los Oscar y el final de las votaciones, que se cerraron el martes, solo significa una cosa: los académicos están libres para ir de fiesta. No faltarán oportunidades. A partir de hoy y hasta el arranque de la alfombra roja que conduce al teatro Dolby, en Hollywood se celebrarán una media de diez festejos por noche. Todos ellos de entrada exclusiva y donde nombres como Elton John, Nicole Kidman, Leonardo DiCaprio, Kobe Bryant, Daniel Day-Lewis o Emma Stone son solo algunos dentro de la larga lista.

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Algunos actos los organiza la Academia, como el concierto de hoy en el Disney Hall de Los Angeles, que homenajea las partituras nominadas en esta 90 edición de los premios. También el Baile de los Gobernadores, parada obligada nada más acabada la ceremonia donde los afortunados verán su estatuilla grabada con su nombre y los nominados se conformarán con llevarse a la boca una de las famosas reproducciones en chocolate del galardón. Pero la mayor parte de las fiestas tiene más que ver con el hedonismo hollywoodiense.

Este año, el empoderamiento de las mujeres protagoniza algunos de los festejos. Por ejemplo el banquete que organiza Emma Stone dedicado a las mujeres que aspiran este año al Oscar que ella consiguió hace 12 meses como mejor actriz. La convocatoria de Alfre Woodard es todavía más específica: Oscar Sistahs que invita al hermanamiento de las mujeres negras que trabajan en la industria en una fiesta a la que han confirmado su asistencia Mary J. Blige y Octavia Spencer. Los británicos —cada vez más numerosos en Hollywood con 17 nominados en las 24 categorías de este año— celebrarán en la casa de su cónsul, en Hancock Park, el antiguo barrio de Antonio Banderas. Y la que fue casa del actor malagueño cuando estaba casado con Melanie Griffith, ahora propiedad de Ted Sarandos, será sede de la celebración de Netflix.

Los preparativos personales para tanta celebración llevan semanas en marcha. Seis para ser exactos. Al menos esa es la duración del programa de belleza facial que ofrece la especialista Sonya Dakar a sus clientas, entre ellas Gwyneth Paltrow o Drew Barrymore. Otra esteticista, Joanna Vargas, ofrece sesiones en su cama de luz para reducir cualquier inflamación en el rostro y mejorar el colágeno de la piel.

“Queremos centrarnos en el cine, no en el momento cultural que nos rodea”, indicó la coproductora de los Oscar, Jennifer Todd, al The New York Times. Hacía referencia a dos cosas. Por un lado, a que la entrega de los Oscar es un espectáculo y como tal debe aspirar a ser entretenido. Por otro, marcaba la pauta a las campañas en defensa de las víctimas de abusos sexuales y a favor de una igualdad de género como Time's Up o #MeToo. Las organizadoras del movimiento, que vistió de negro la alfombra roja de los Globos de Oro o los premios BAFTA, han comentado de forma no oficial que se conformarán con que los asistentes a los Oscar luzcan el pin de Time's Up. “No hay nada coordinado”, aseguraron. Un cambio de actitud que permitirá el lucimiento de diseñadoras como Stella McCartney, Rodarte y otras mujeres del mundo de la moda y que son este año son la elección perfecta para estilistas como Erica Cloud, encargada del vestuario de Hong Chau, Mandy Moore o Patty Jenkins.

Sea quien sea el diseñador, los trajes y los nervios apenas dejarán espacio para el champán y los canapés. Una pena porque la gala benéfica que Elton John organiza desde hace 25 años con motivo del Oscar, incluye comida: este año un menú preparado por los hermanos Roca, al frente de El Celler de Can Roca (con tres estrellas Michelin), y que incluye canelones de pularda, lubina con salsa de vino y gnoquis de avellana, trufa y limón.