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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Francia se repliega

Macron endurece sus políticas contra la inmigración económica

Campamento de inmigrantes ilegales en el canal Saint Martin de París (Francia).
Campamento de inmigrantes ilegales en el canal Saint Martin de París (Francia).JOEL SAGET (AFP)

Un proyecto de ley lanzado por el Gobierno francés va a intentar mejorar la acogida de refugiados y, al tiempo, endurecer las medidas contra la inmigración económica. Es una propuesta que ha soliviantado a parte del movimiento político gubernamental, lo que es una cierta novedad desde que Emmanuel Macron alcanzó el Elíseo en mayo y logró después una abultada mayoría en el Parlamento. A la derecha le parece la nueva norma demasiado permisiva porque amplía los supuestos de reagrupación familiar y facilita la acogida, y a la izquierda, demasiado dura porque convierte en delito el paso ilegal de fronteras y trata de agilizar las deportaciones.

Editoriales anteriores

Francia, como tantos otros países europeos, se enfrenta al difícil equilibrio de acoger a los peticionarios de asilo y, al tiempo, frenar los flujos migratorios (mayoritariamente de índole económica) para dar satisfacción a unas sociedades acomodadas que reclaman firmeza contra los extranjeros, percibidos cada vez más no por la riqueza que aportan, sino por los problemas que pueden generar. El aumento del populismo y la relativa derrota de Angela Merkel tras su política de apertura hacia los refugiados es un espejo en el que los líderes europeos se miran.

Macron aludió siempre al humanismo para afrontar la inmigración en un país que recibe cada año 100.000 solicitantes de asilo y deporta a 26.000, pero siempre tuvo un discurso firme contra la inmigración ilegal. Es una posición aceptada en toda Europa que aboca a políticas contradictorias y resulta poco eficaz contra las mafias que comercian con seres humanos. En este proyecto de ley se quiere instituir un “pasaporte talento” para los empleados de empresas innovadoras y se favorece la movilidad de estudiantes e investigadores. Francia, cuna de los derechos humanos, pero también el país donde triunfa el Frente Nacional, se repliega un poco más sobre sí misma.

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