Breitling echa a volar (sin alas)
El legendario fabricante de cronógrafos inaugura su nueva etapa con nuevo logo, nuevo diseño y nuevo equipo. Todos se pusieron de largo la semana pasada en una multitudinaria gala internacional en Zúrich
Cuando Georges Kern entró por primera vez en la fábrica que Breitling tiene en la localidad suiza de Grenchen, lo primero que ordenó fue que pulieran a conciencia el acero de los relojes. "Un Breitling no puede brillar de esa manera. Casi tuve que ponerme gafas de sol para poder mirarlo. No es elegante. Está claro que había que redireccionar la marca a la excelencia de sus orígenes", explica este licenciado en Políticas pero, sobre todo, empresario de trayectoria estratosférica. Hasta el verano pasado año dirigía la prestigiosa relojera IWC (fue el CEO más joven de la compañía, con solo 32 años), y acaba de dar el salto a Breitling, coincidiendo con su adquisición por parte de CVC Capital Partners.
El evento multitudinario de relanzamiento que tuvo lugar hace unos días en Zúrich ha marcado el antes y después de Breitling. Kern resumió su concepto en las dos palabras que forman el nuevo eslogan de la casa: "Futuro legendario". Sobre el escenario, acompañado del actor británico Richard E. Grant, y ante una nutrida audiencia en la que se encontraban los embajadores españoles de la firma (el torero Cayetano Rivera Ordóñez y el piloto Andy Soucek) y medios de todo el mundo, el nuevo CEO de la compañía desnudó sus planes, igual que desnudó oficialmente la "B" del logo, despojada definitivamente de sus alas legendarias.
"Hemos vuelto a los orígenes, porque así era cuando la compañía echó a andar a principios del siglo pasado", aclara Kern: "Breitling ha estado siempre asociada a la aviación por sus cronógrafos, pero también a otras áreas apasionantes como el automovilismo o el esquí. A partir de ahora, vamos a abrirnos más que nunca".
A sus 52 años, Kern tiene la misión de modernizar a una marca de tradición centenaria, pionera en fabricar los cronógrafos más exactos del mundo (provee desde mediados del siglo pasado a infinidad de empresas aeronáuticas) y con clientes ilustres, desde Rachel Welch a Serge Gainsbourg, o más recientemente Mel Gibson o Leonardo DiCaprio, entre muchos nombres rutilantes. Pero, sobre todo, Kern tiene que convencer a la masa de incondicionales intergeneracionales de Breitling de que su marca preferida necesita un lavado de cara.
Por eso, no extraña que en la ceremonia estuviera el equipo de vuelo acrobático de la compañía al completo, o que la aprovecharan para presentar la primera colección de esta nueva era, el Navitimer 8, la renovación de un reloj que se vendía desde mediados del siglo pasado como "el cronógrafo de los pilotos". Mantiene la fiabilidad y la elegancia, pero ahora presenta líneas más claras, contornos más afinados y abandona el barroquismo del modelo pretérito. Y sin alas y con el acero de la caja y el bisel más pulido que nunca. Así es el futuro de Breitling.
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