Siete cosas que tienes que saber para no parecer un principiante en un concierto de jazz
El mítico club Blue Note se instala en Seagram’s NY Hotel at NH Collection Suecia de la mano de Seagram’s Gin. Por el escenario pasarán Hadar Noiberg, Herver & Reggie o Ivan Paduart, entre otros grandes del jazz
Olvídese de aviones y cambios horarios. Durante un mes y medio (del 16 de febrero al 24 de marzo), lo único que habrá que cruzar para descubrir Nueva York será la puerta del Seagram’s NY Hotel at NH Collection Suecia de Madrid. Blue Note, uno de los clubes de jazz más importantes del mundo, se instala en Seagram’s NY Hotel at NH Collection Suecia de la mano de la icónica ginebra americana Seagram’s Gin. Este prestigioso hotel, que destilará hasta finales de marzo el inconfundible estilo neoyorkino, acoge el escenario de la legendaria sala fundada en el Greenwich Village de Nueva York en 1981. Por él pasarán grandes del jazz que habitualmente tocan en el local de Nueva York como Hadar Noiberg, Herver & Reggie o Ivan Paduart. Además, otros lugares emblemáticos de la Gran Manzana como la barbería The New York Shaving Company, el restaurante Russ & Daughters o la coctelería BlackTail, también estarán representados en el hotel madrileño hasta finales de marzo.
Para disfrutar de la experiencia al 100% y no pecar de principiante durante el proceso, resolvemos siete dudas que probablemente asalten a aquellos que se enfrentan a un concierto de jazz por primera vez.
1. ¿Cómo sé cuándo tengo que aplaudir?
Antes de arrancarse con las palmas en un concierto de jazz, hay que pensárselo dos veces. En estas actuaciones no se aplaude al final de una canción. Los más puristas aseguran que el único momento apropiado para hacerlo es al final del concierto. Sin embargo, aplaudir después de un solo de instrumento está aceptada como una forma lícita de felicitar al músico que acaba de dar lo mejor de sí frente al escrutinio público.
2. ¿Bajo del altillo el disfraz de gánster?
No, a no ser que sea Halloween o vaya a una fiesta de disfraces. Si no quiere dar la nota, unos pantalones oscuros (negros, grises o de rayas), una camisa blanca y una chaqueta ajustada de una sola botonadura son una buena opción. Irá impecable, pero no disfrazado. Ojo, si la ropa no va muy ajustada, mejor. Tendrá mayor libertad de movimiento para dejarse llevar al ritmo del jazz.
3. ¿Se pueden pedir canciones?
Esto no es un karaoke, ni los músicos son DJ’s. Un concierto de jazz no es el lugar más apropiado para decirle a los músicos lo que tienen que tocar. Si hay algo que caracteriza este género musical es la libertad que da a los artistas para que hagan lo que quieran sobre el escenario. Un músico de jazz, ante todo, se deja llevar por la creatividad y la improvisación.
4. ¿Aquí cuándo se dice “olé”?
Si lo que quiere es decir “olé”, lamentamos comunicarle que se ha equivocado de concierto. Usted lo que está pidiendo a gritos es una juerga flamenca. Siguiente pregunta.
5. ¿Durante la actuación se puede comer o voy cenado de casa?
Blue Note de Nueva York es famoso por las hamburguesas que sirve durante las actuaciones de jazz. En el escenario que Seagram's Gin ha trasladado a Madrid acompañan con tapas los cócteles que sirven durante los conciertos. Por lo tanto, si es capaz de comer sin meter el codo en el plato del de al lado, manchar a su acompañante o masticar con excesivo ímpetu, tiene vía libre para disfrutar de la actuación mientras atiende las necesidades de su estómago.
6. ¿Si no conozco a ninguna leyenda del jazz me harán el vacío?
No le van a condenar al ostracismo, pero no está de más saber quiénes eran Charlie Parker, Miles Davis o John Coltrane antes de que acuda a su primer concierto de jazz. Escuchar alguno de los trabajos de estas leyendas de la música negra le ayudará a entender y apreciar el espectáculo que está a punto de presenciar.
7. ¿Puedo hacer fotos o vídeos para fardar en Instagram?
Ni le van a requisar el móvil al entrar en la sala ni está prohibido sacarlo durante la actuación. Sin embargo, esto no quiere decir que esté bien visto acercarle tanto el teléfono a los músicos hasta el punto de que estos puedan leer sus mensajes de WhatsApp. Si quiere hacer amigos o, por lo menos, terminar el concierto sin haberse ganado altas dosis de odio ajeno, lo más recomendable es que intente hacer las fotografías o los vídeos sin invadir el espacio personal ni interferir en la visibilidad de quienes le rodean.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.