Alejandra Romero, duquesa de Suárez, se casa
La nieta del expresidente y heredera de su título nobiliario es una brillante abogada que vive alejada de la atención mediática
Alejandra Romero, hija de la fallecida Mariám Suárez y del economista Fernando Romero y nieta de Adolfo Suárez, se casa. Ella es quien ostenta el título de duquesa de Suárez, título nobiliario que el Rey Juan Carlos concedido a quien fuera presidente de España en la Transición. A sus 27 años, Alejandra Romero vive muy alejada de la vida mediática. La noticia de su boda la ha adelantado la revista ¡Hola! y la ha confirmado posteriormente este periódico. La joven contraerá matrimonio el próximo 21 de abril con Pedro Armas, un antiguo compañero de su colegio Nuestra Señora del Recuerdo.
El Rey concedió a Adolfo Suárez el título de duque en febrero de 1981 para premiar su “abnegación, tacto y prudencia al servicio de la reconciliación de todos los españoles como presidente del Gobierno”. El honor se hace extensivo a sus herederos legítimos. La Ley de Igualdad para la Sucesión de Títulos Nobiliarios de 2006 derogó la prevalencia del varón sobre la mujer, de tal manera que la hija mayor del expresidente se convertía así en la destinataria del título. Pero al haber fallecido, el privilegio pasó a Alejandra, su primogénita. La joven está orgullosa del papel que le ha tocado, y vive esta nueva situación con naturalidad y discreción. Tampoco se pronunció cuando en 2009, estando al frente de la Casa del Rey Alberto Aza, muy ligado a la familia Suárez, Adolfo hijo sondeó con el palacio de la Zarzuela la posibilidad de que fuera él quien heredara el título. Pero no halló la respuesta que esperaba. Se le hizo saber que la ley era clara al respecto.
La nieta de Adolfo Suárez tiene tres años más que su hermano. Es abogada, habla francés e inglés con fluidez y trabaja en el despacho Herbert Smith, en el madrileño paseo de la Castellana. Se presentó a una selección de empleados sin desvelar a nadie su identidad, protegida por su primer apellido. Cuando alguno de sus tíos le ofreció ayuda, la rechazó.
Alejandra y su hermano Fernando, de momento, solo se han animado a hablar en público en Cebreros. El alcalde del pueblo en que nació el expresidente les llamó para que pronunciaran el pregón de las fiestas. Y nada mejor para la ocasión que echar mano de la famosa frase de su abuelo: “Puedo prometer y prometo”. Ellos prometieron ese día unas felices fiestas.
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