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La marquesa de Moratalla desheredó a su hijo biológico en 2012

Así lo afirma el testamento presentado por el hijo menor, adoptado en 1987, que relata que la primera reacción de su hermano fue reclamar una autopsia y presentar una demanda

La marquesa de Moratalla, en el Prix de la Ville de Toulouse de 2006.
La marquesa de Moratalla, en el Prix de la Ville de Toulouse de 2006.©ABC
Silvia Ayuso
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Muere la marquesa de Moratalla en plena batalla de sus hijos por su fortuna

No hay tregua en el seno de la aristocrática familia de la marquesa de Moratalla. A poco más de un mes de su muerte a los 87 años en Bayona, en el sur de Francia, a finales de noviembre, la batalla por su multimillonaria herencia entre sus dos hijos, uno biológico y otro adoptivo, no ha hecho más que recrudecerse.

El testamento de Soledad Cabeza de Vaca y Leighton se abrió poco antes de año nuevo, informa el diario Le Figaro. Fue ahí cuando estalló la bomba: la marquesa, una de las aristócratas más ricas de España y exitosa criadora de caballos, habría desheredado a su hijo biológico, Forester Labrouche, de 65 años, en favor de su hermanastro Germán de la Cruz, el hijo de 38 años adoptado por la marquesa en Colombia en 1987. De la Cruz “presentó a finales de diciembre un testamento remitido a un notario de Biarritz donde figura como el heredero universal de su madre”, confirmó a la Agencia France Presse François Hourcade, uno de los abogados del hijo mayor y biológico de la marquesa.

El testamento se firmó en Suiza en 2012, ante un notario y con la presencia de dos testigos. En esa época, subraya Le Figaro, la marquesa estaba aún en pleno uso de sus facultades y no tenía todavía vestigio alguno del Alzheimer que la afectaba cuando murió.

Es importante también el detalle del lugar de la firma, Suiza, dado que ese país —lugar de residencia de la marquesa, aunque regresó al sur de Francia para pasar sus últimos días en su palacio de Bayona— sí permite desheredar a un hijo. Una decisión que “muestra el sufrimiento de la marquesa, que fue acosada judicialmente por su hijo mayor desde 1999”, subrayó a AFP uno de los abogados suizos de Germán de la Cruz, Ronald Asmar.

El enfrentamiento familiar data de largo y no se acabó con el fallecimiento de la marquesa. Forester Labrouche, que comenzó su batalla judicial contra su madre por la herencia familiar en los años 90 y que el pasado verano había acusado a su hermanastro de “secuestrar” a su madre, solicitó tras la muerte de esta una autopsia, aduciendo sospechas sobre la muerte de la marquesa. Los primeros resultados de la autopsia “excluyen la intervención de un tercero en el proceso de deceso”, dijo a comienzos de diciembre el fiscal de Bayona, Samuel Vuelta Simon. Sin embargo, precisó que aún faltan los resultados de las pruebas toxicológicas, hasta la fecha no revelados. De la Cruz por su parte denunció las “acusaciones infames” de su hermanastro. Pese a que “no había vuelto en los últimos 20 años, la única reacción inmediata de mi hermano fue enviar rápidamente a una empresa de seguridad privada para prohibir el acceso al Domaine de Coumères (la residencia de la marquesa), solicitar la autopsia de nuestra madre y depositar una demanda por su muerte”, lamentó en un comunicado reproducido por el diario Sud-Ouest.

La fortuna de Soledad Cabeza de Vaca y Leighton (Londres, 1930), la segunda hija de Antonio Cabeza de Vaca y Carvajal, un descendiente del conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca, procedía en realidad de su madre, Olga Beatrice Leighton. Cuando se casó con el aristócrata español, que poseía los títulos de marqués de Portago y Moratalla y fue considerado un héroe por el franquismo durante la Guerra Civil, Leighton aportó la fortuna heredada de su primer marido, Frank J. Mackey, cofundador del banco HSBC. Su hija añadió a esta los suculentos ingresos obtenidos por la cría de caballos purasangre con los que ganó las principales carreras de Francia, en un palmarés que suma más de 5.000 victorias. Aunque nadie se atreve a fijar la suma de la herencia, se estima en al menos 150 millones de euros.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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