8 fotosSe buscan oportunidades para no emigrarMás de tres de cada cuatro pobres y hambrientos viven en zonas rurales, y el número de jóvenes campesinos se multiplicará en los próximos años. La FAO urge a crear oportunidades en el campo para que marcharse no sea una obligaciónEl PaísRoma - 18 dic 2017 - 15:56CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceAlrededor del 40% de las remesas internacionales se destinan al campo, lo que refleja el origen rural de gran parte de los migrantes. Más de tres de cada cuatro viven en zonas rurales, y la inmensa mayoría depende de actividades agrícolas para subsistir. En la imagen, un campo de maíz y aguacates en San Lorenzo (Chiapas, México), un lugar habitado por numerosos guatemaltecos que buscan escapar de la pobreza de sus lugares de origen.©Alex Webb/Magnum Photos para FCada día más personas se ven obligadas a abandonar sus hogares debido a los conflictos y la violencia. En 2016, el número de personas desplazadas por la fuerza alcanzó un record histórico de 66 millones a nivel mundial. En la imagen, refugiados en el campo de Idomeni, en el norte de Grecia.©FAO/Giuseppe CarotenutoSin embargo, y aunque los conflictos y el cambio climático también empujan a desplazarse, mucha gente migra porque percibe que no hay otras alternativas para escapar de la pobreza y poder vivir con dignidad. En la imagen, un proyecto apoyado por la FAO en Kalu, Etiopía. Jóvenes locales reciben ayuda para crear sus propias cooperativas agrícolas y así generar empleo para la comunidad y no verse obligados a emigrar.©FAO/ Tamiru LegesseLas migraciones pueden beneficiar tanto al lugar de origen como al de destino, defiende la FAO (agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura). Allá donde llegan, los migrantes aportan fuerza de trabajo y conocimientos. Y envían a sus lugares de origen remesas o inversiones, además de reducir la presión sobre los recursos, sobre todo en las áreas rurales. En la imagen, una migrante guatemalteca alimenta a las ovejas en San Lorenzo (Chiapas, México). ©Alex Webb/Magnum Photos para FAO En África, alrededor de 380 millones de personas ingresarán al mercado laboral para 2030. De ellas, cerca de 220 millones lo harán en áreas rurales. El desafío en las próximas décadas será generar suficientes empleos para absorber esta creciente fuerza laboral. En la imagen, jóvenes africanos y de Oriente Medio que intentaban llegar a Europa en busca de oportunidades en Pozzallo (Italia), tras ser rescatados en el mar Mediterráneo.©FAO/Giuseppe CarotenutoUno de cada tres migrantes internacionales que proviene de un país en desarrollo tiene entre 15 y 35 años. Y se espera que la población joven se triplique para 2050. La mayoría de todos esos jóvenes vivirá en áreas rurales, y por lo general trabaja en la agricultura. Eso supondrá una gran presión sobre los recursos del campo, y puede dar lugar a conflictos o escasez y, con ello, a todavía más migraciones. En la imagen, niños entre el ganado en Wamba (Kenia).©FAO/Luis TatoLa agricultura y el desarrollo rural pueden crear oportunidades de negocio y de empleo agrícola (o de otro tipo) para los jóvenes. La pesca, por ejemplo, también es una alternativa a explotar en muchos lugares. De este modo, se conseguirá que migrar se convierta en una alternativa, y no en una obligación. En la imagen, pescadores en Zarzis (Túnez), donde un proyecto trata de generar empleo de mayor valor añadido a partir de la pesca de pequeña escala.©Nikos Economopoulos/Magnum Photos para FAOSegún la FAO, la decisión de una persona rural de migrar no debería estar motivada por la supervivencia o por creer es la única opción viable, sino por su propia voluntad. En la imagen, apoyo para la producción agrícola de comunidades que acogen a desplazados internos en Siria. A pesar del conflicto, los agricultores sirios siguen produciendo alimento y subsistiendo del campo en muchos lugares del país.©FAO/Omar Sanadiki