Mario Batali deja sus negocios acusado de acoso sexual
Cuatro mujeres aseguran ser víctimas del famoso y mediático chef estadounidense
Mario Batali, el reconocido chef estadounidense, ha sido el último en caer. Este lunes cuatro mujeres le han acusado de abusos sexuales en distintas ocasiones durante los últimos 20 años. El cocinero, de 57 años, ha admitido que las acusaciones son verídicas en un comunicado a la publicación Eater. Batali también ha anunciado su retirada temporal de los 26 restaurantes que posee y el canal ABC decidido paralizar el programa de televisión que dirige. Es el último famoso en verse afectado por la reciente ola de denuncias por acoso y abuso sexual contra hombres de poder, que comenzó con el productor estrella Harvey Weinstein, a quien Batali criticó ferozmente cuando se conocieron sus acciones inapropiadas el pasado octubre.
Una de las acusadoras asegura que en una fiesta hace 10 años, Batali, a quien se le atribuye una fortuna de 13 millones de dólares, le tocó los pechos cuando fingía ayudarla a limpiarse la blusa después de que alguien le vertiera vino por accidente. Según el testimonio de la joven, que entonces tenía en torno a 25 años, el cocinero le dijo: "Déjame ayudarte con eso". "Yo estaba conmocionada. Me alejé de él con absoluto disgusto", confesó la mujer a la publicación. Minutos antes, Batali, visiblemente ebrio, según la versión de la aspirante cocinera, le ofreció trabajo: "Trabaja para mí, te pagaré el doble de lo que ganas ahora".
Las otras tres demandantes son o fueron empleadas de Batali. Una de ellas afirma que en repetidas ocasiones, durante un periodo de dos años, el cocinero la agarraba por la espalda y la presionaba contra él. Otra afirma que Batali le manoseó. La cuarta mujer alega que el chef le tocó los pechos en una fiesta. Hasta el momento ninguna de las cuatro mujeres ha querido desvelar su identidad.
El chef —casado desde 1994 con Susi Cahn, con quien tiene dos hijos— ha admitido sus actitudes impropias en un comunicado enviado a Eater. “Me disculpo con la gente a la que he tratado mal y he herido. Aunque las identidades de la mayoría de las personas mencionadas en estas historias no me han sido desveladas, muchos de los comportamientos descritos coinciden, de hecho, con los modos en los que he actuado”, escribió. "Ese comportamiento estuvo mal y no hay excusas. Acepto todas las responsabilidades y estoy profundamente apenado por el dolor, la humillación o el malestar que he causado a mis colegas, trabajadores, clientes, amigos y familiares”, añadió.
Las víctimas dijeron que guardaron silencio por temor a represalias. Una de las mujeres asegura que en la década de 1990 el cocinero la tocó de manera inapropiada mientras trabajaba con él. "Él siempre ha tenido la clara intención de ocultar sus conductas inapropiadas. El nivel de venganza es escalofriante. Entonces, nunca se me ocurrió compartir lo que sucedió", dijo.
Así lo corrobora Steve Crane, exsocio de Batali en un restaurante, al admitir también a la misma publicación que durante un tiempo algunas de sus trabajadoras le comentaron que el chef había tenido comportamientos inapropiados así como comentarios subidos de tono. "Le deje muy claro que debía detener esas actitudes. Y me siento avergonzado que esto haya ocurrido mientras pertenecí al restaurante", dice Crane. Él mismo cuenta que tras haberle llamado la atención, Batali adoptó una actitud agresiva hacia las empleadas que habían hablado sobre su comportamiento.
Hace apenas dos meses, una empleada informó de que el chef había tenido un comportamiento inapropiado. Un portavoz de Batali & Bastianich Hospitality Group respondió a Eater que este incidente fue la primera queja formal contra Batali, a quien se le exigió que recapacitara.
“Tengo trabajo que hacer para tratar de ganarme de nuevo la confianza de aquellos a los que he herido y decepcionado. Por este motivo, he decidido apartarme del día a día de mis negocios", continúa diciendo Batali en su comunicado. "Construimos estos restaurantes para que nuestros invitados pudiesen divertirse y mimarse, pero lo llevé demasiado lejos con mi comportamiento. No cometeré este error de nuevo. Quiero que cualquier sitio que esté asociado conmigo se sienta cómodo y seguro por la gente con la que trabaja o come allí”, asegura el chef.
"Sé que mis acciones han defraudado a muchos. Los éxitos que he conseguido son parte de todos los miembros de mi equipo. Los fracasos son solo míos. A la gente que ha estado a mi lado durante este tiempo —mi familia, mis socios, mis trabajadores, amigos y fans— estoy agradecido por vuestro apoyo y esperanzado de que pueda volverme a ganar vuestro respeto y confianza. Invertiré el siguiente periodo de mi vida tratando de conseguir eso”, asegura el cocinero que seguirá manteniendo la propiedad de sus restaurantes pero que también se alejará por un tiempo de su programa The Chew, del que es coanfitrión desde 2011.
"Le hemos pedido a Mario Batali que se distancie de The Chew mientras revisamos las acusaciones que recientemente nos han llamado la atención", dijo un portavoz del programa en un comunicado a PEOPLE. "La cadena ABC toma las cosas como esta muy en serio, ya que estamos comprometidos con un entorno de trabajo seguro. Si bien desconocemos cualquier tipo de comportamiento inapropiado que lo involucre a él o a cualquier persona afiliada al programa, abordaremos rápidamente cualquier presunta violación de nuestros estándares de conducta".
Batali y su socio Joseph Bastianich, son propietarios de dos exclusivos restaurantes, Del Posto y Babbo, y otros más populares como Casa Mono o Bar Jamón. En el conjunto de sus negocios trabajan más de un millar de personas, incluidos camareros y recogeplatos. Su propia empresa ha anunciado que realizarán una investigación externa e independiente para indagar sobre cualquier otro posible caso de acoso. "Nos tomamos estas acusaciones muy seriamente", han manifestado en su propio comunicado. "Estamos orgullosos de ser un lugar seguro para nuestros trabajadores, un entorno donde puedan crecer en igualdad de oportunidades y sentirse libres de cualquier discriminación. Tenemos fuertes políticas para castigar cualquier comportamiento inadecuado. Nuestros empleados conocen estas normas y les invitamos a denunciar cualquier conducta inapropiada". A lo que añaden: "El señor Batali y nosotros [el resto de socios de la empresa] hemos acordado que lo mejor es que se aleje de las operaciones de la compañía, entre las que se incluyen los restaurantes, de manera inmediata".
Batali, que también tiene restaurantes en Los Ángeles y Las Vegas y está considerado por Forbes como uno de los chefs más ricos del mundo, estuvo en el ojo del huracán en 2012 por quedarse con las propinas de sus empleados. Estos le llevaron a los tribunales y tuvo que pagar 5,25 millones de dólares, unos cuatro millones de euros, a sus trabajadores para resolver la disputa legal.
Nacido en los años sesenta en Seattle heredó de su padre el amor por la cultura italiana. De pequeño su sueño era tener dinero y una buena vida en España. Sin embargo, su primer trabajo como lavaplatos en una pizzería fue determinante para el rumbo que tomaría su vida. Promovido primero a cocinero y posteriormente a administrador del mismo establecimiento, se dio cuenta que su vocación era ser cocinero.
Batali estudió el teatro español del Siglo de Oro en la Universidad de Rutgers. Después de graduarse, realizó su primer entrenamiento culinario en Londres, donde cursó estudios de cocina en Le Cordon Bleu, aunque se retiró de ellos casi inmediatamente debido a su “falta de interés”. También trabajó en un bar inglés para el chef Marco Pierre White, y fue allí donde adquirió amplia experiencia y aprendió a crear y vivir la gastronomía.
Ha publicado unas 150 recetas en el libro The Babbo Cook Book, donde no sólo comparte ingredientes y preparación sino también sus secretos y consejos de cómo hacer de la gastronomía italiana tradicional algo nuevo y totalmente original.
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