Katharine
Detrás de los periodistas del Watergate (hombres) había una gran mujer a la que la historia ha obviado
Cuando Alan Pakula rodó Todos los hombres del presidente, Robert Redford comunicó a Katharine Graham, propietaria del Washington Post, que su personaje no saldría en la cinta. “Nadie entendía bien la función de la propietaria y era demasiado complicado explicarla (...) Para mi sorpresa, me sentí un poco herida porque se prescindiera de mí totalmente”, cuenta Graham en su autobiografía.
Todo estudiante de periodismo tiene en la cabeza un hito que marca el ejemplo a seguir: el Watergate. Todos hemos querido ser como la pareja de incansables reporteros Bob Woodward (al que interpretó Redford) y Carl Bernstein. O el editor que aguantaba las presiones, Ben Bradlee. Construyendo la épica del periodismo.
Detrás de ese grupo de periodistas (hombres) había una gran mujer a la que la historia, igual que aquel guion, ha obviado. Katharine Graham creció siendo una niña bien. “No sabía vestirme, coser, cocinar ni comprar, ni, algo importante, cómo relacionarme con las personas”, decía ella misma. Su padre era el dueño del Washington Post pero quien heredó el puesto, al principio, fue su marido. Sin embargo, tras una complicada historia personal, fue Katharine quien tomó las riendas de la empresa y convirtió el diario en uno de los grandes.
Ahora otra gran mujer, Meryl Streep, interpretará a Graham en The Post, la película sobre los papeles del Pentágono, otro de los hitos del periódico. Y no puedo esperar a ver si Spielberg sí sabrá explicar, por fin, cuál era la función de Katharine Graham y que ella misma describió así: “Mi función principal fue respaldar a jefes y reporteros, creer en ellos”. Probablemente, el mejor, el más periodístico y el más difícil de los papeles que se podía jugar en aquel momento.
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