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Mi salida del armario del VIH

El periodista de EL PAÍS, Emilio de Benito, cuenta en primera persona cómo ha sido su experiencia con la enfermedad desde que le fue detectada en 1992 y cómo han cambiado las cosas desde entonces

El redactor de EL PAÍS Emilio de Benito.Vídeo: C. MARTÍNEZ / J. L. ARANDA

Hace 25 años un diagnóstico de Sida suponía una "condena" para el afectado. Hoy las cosas son muy distintas. Al periodista de EL PAÍS Emilio de Benito le dieron como mucho tres años de vida. Ahora con 56, repasa en este vídeo cómo ha convivido con la enfermedad y cómo fue su "salida del armario del VIH". Una salida que es continúa, confiesa, como cualquier otra salida: "A la familia tardé muchísimo [en decírselo], más que nada por no darles el disgusto, y en el trabajo que tenía entonces nunca lo dije. Luego, al empezar a trabajar en el periódico tuve un altavoz". 

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De Benito se hizo las pruebas en el centro médico Sandoval, una institución pionera y de referencia en la atención del VIH en Madrid. Sus usuarios pueden practicarse la prueba sin necesidad de presentar el DNI ni ningún tipo de documentación. Un diagnóstico precoz de la enfermedad es fundamental para su posterior tratamiento, como explica Teresa Puerta, dermatóloga responsable de la unidad de ETS del centro. Sin embargo, en España casi la mitad de los diagnósticos se producen en una fase tardía, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La institución internacional ha denunciado que ni nuestro país ni Europa cumplirán con los objetivos que le han marcado respecto al tratamiento del VIH para 2020, si no se producen nuevos avances en diagnóstico y tratamiento precoz de la infección, como reveló este martes el Grupo de Estudio del Sida (Gesida) en su XI Congreso Nacional. 

Cuando en 1992 De Benito tuvo que afrontar la enfermedad, él y su pareja intentaron que su vida cambiara lo menos posible. "Eso siempre se dice, pero no se hace porque en aquel momento la enfermedad no te permitía que la vida no cambiara porque avanzaba a toda velocidad", cuenta. Ellos se apoyaban en sus amigos con fiestas en casa. "Era una manera de tener un grupo de autoapoyo, pero no dirigido. Era un grupo espontáneo". En la sede del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM), los grupos de apoyo son de dos tipos: el de primer contacto y el de autoapoyo general. "La solución son las campañas de prevención y de hazte la prueba", subraya Jesús Grande, presidente de la asociación. En su sede cualquiera puede realizarse el test, ya sea del colectivo al que atienden o alguien heterosexual. 

En las estanterías de la librería Berkana, en Chueca, se exhibe el libro Diario de Juan, publicado por De Benito este año. Una novela que narra la historia de un joven de pueblo que se traslada a Madrid, donde su primo acaba de salir del armario. "No podía escribir un libro sobre gais sin hablar de VIH porque eso sigue ahí. No es verdad que no pase nada, claro, no pasa lo mismo que pasaba antes", cuenta. La copropietaria de Berkana, Mar de Griñó, explica que apenas se publican libros sobre la enfermedad en España, a diferencia de lo que ocurre con los ejemplares en inglés. "Creo que los editores tienen miedo a no vender", añade. 

En 2016 había 36,7 millones de afectados por VIH en todo el mundo, según la ONU. Ese año se infectaron 1,8 millones de personas (300.000 menos que el año anterior). Desde el comienzo de la epidemia, 76,1 millones de personas se han infectado por el VIH y 35 millones han muerto por enfermedades relacionadas con el sida. En el Día Internacional de la Lucha contra la enfermedad, que se celebra este viernes, el redactor especializado en información sanitaria reivindica la necesidad de un día como este: "La gente se tiene que seguir dando cuenta de que el VIH está ahí, que te puedes infectar, que hay que tener cuidado. Y hay una cosa que no se puede olvidar jamás que es lo que está pasando fuera de los países occidentales. Si aquí, que estamos muy bien, nos faltan cosas, ahí todavía están como nosotros hace 20 años en muchos aspectos", concluye De Benito junto a uno de los pocos monumentos fijos que hay en España en honor a la lucha contra el VIH, en la plaza Pedro Zerolo de Madrid.

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