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“Tengo la regla” hay que decirlo más

Porque esto no va de comunicar que estás sangrando, sino de que no es nada malo hacerlo

Mari Luz Peinado
Adara Sánchez

Si te paras a pensarlo, el tema de la menstruación tiene todos los elementos para que alguien con tendencia conspiranoica lo considere el mayor complot mundial jamás orquestado: la mitad de la humanidad, durante unos 40 años de nuestra vida, tenemos la regla una vez al mes. Pero todo el mundo se ha puesto de acuerdo para no hablar de ello en voz alta.

Así, en vez de nombrarlo con las palabras adecuadas, nos hemos inventado eufemismos como “mis días”, “estar mala” o cosas tan locas como “la amiga comunista”. También vemos anuncios en los que se utiliza líquido azul para comprobar la absorción de una compresa, en vez de usar el color rojo de la sangre. Y las mujeres hacemos verdaderos esfuerzos por esconder en la manga un tampón de camino al baño cuando estamos en el trabajo. No creo que sea una conspiración mundial, pero está claro que invisibilizamos la regla en nuestro día a día.

Sí, “tengo la regla” hay que decirlo más. Y no porque te apetezca transmitir a tu entorno cómo estás sangrando en ese momento, sino porque ¡oh, sorpresa! es algo natural, no es malo y continúa usándose como símbolo de debilidad de las mujeres. Y no estamos hablando ya de lugares como Nepal, donde supone la separación de las niñas de la vida pública. Recuerdo al típico graciosete del instituto que cogía las compresas de las chicas y hacía bromas mientras ellas (nosotras) nos sentíamos humilladas y avergonzadas.

Afortunadamente, las mujeres más jóvenes -las millennials- están empezando a enfrentarse a este tabú

Afortunadamente, las mujeres más jóvenes -las millennials- están empezando a enfrentarse a este tabú. Un ejemplo: Yuya es la youtuber que más seguidores tiene a nivel mundial. Casi 20 millones de personas están suscritas en su canal principal (tiene varios). Su vídeo sobre cómo la copa menstrual le ha cambiado la vida se ha visto más de 6 millones de veces. Y no es el único que acumula cifras parecidas. Dale al play e imagina si sería posible haber visto algo así en la televisión cuando tenías su edad.

Lena Dunham, la creadora y protagonista de la serie Girls, sufre endometriosis. En sus apariciones públicas y en sus redes se encarga de visibilizar esta enfermedad que afecta a una de cada diez mujeres y de la que hasta hace poco apenas se hablaba. Por cierto, la minimización de los dolores hace que el diagnóstico de esta enfermedad pueda retrasarse durante años. Ahí va otra batallita: la primera vez que fui al ginecólogo le conté que me dolía mucho la regla. Su respuesta fue: “Tú quieres que te recete la píldora ¿no?”. Yo realmente no quería, así que no me la recetó. Pero me fui a mi casa con los mismos dolores.

Esa normalización por parte de las más jóvenes ha permitido que la regla se cuele en las redes sociales. La artista Cinta Tort - Zinteta, en Instagram - suma miles de seguidores. El objetivo de su trabajo es intentar que la gente acepte su cuerpo tal cual es. Con la regla incluida, claro. Sus imágenes llevan el hashtag #ManchoYNoMeDoyAsco.

La misma red social censuró hace dos años la fotografía de una poetisa canadiense en la que se veía a una chica con una mancha de sangre en el pantalón. Fue una de las primeras reivindicaciones públicas masivas en redes sobre la menstruación. Este vídeo de una marca de compresas fue aplaudido por utilizar líquido rojo en vez de azul. La sangre, por otra parte, no parece un problema en otros contextos. Como preguntaba la directora y actriz Leticia Dolera a su colega Nacho Vigalondo, “¿por qué a muchos hombres no les inquieta ver sangre a mansalva en las películas de terror pero les inquieta muchísimo la sangre de la regla?”.

Hay ejemplos que dicen que vamos avanzando, aunque a pasos pequeñitos. Hace unas semanas, en Canarias eliminaron el IVA a los productos de higiene femenina, una reivindicación que ha crecido en los últimos años. Italia abrió el debate en Europa al plantear el derecho a un permiso menstrual pagado en el trabajo. El entorno laboral es uno de los más hostiles a la hora de hablar de la regla con naturalidad. Imagina el momento en el que haya tampones en los baños del trabajo y no tengas que pedírselos a una compañera con más disimulo que si estuvieras comprando droga.

“En general en los baños de las empresas hay seda dental y enjuague bucal. En muchas ocasiones, una cestita con desodorante, laca, quitamanchas, kit de aguja e hilo. Y una máquina expendedora de compresas y tampones. Es gratis. Pasa tanto en Google como en Facebook y Twitter. En la nueva sede de Apple también estaba en una máquina expendedora pero que no lo parecía, estaba integrado en la pared del baño”, explica Rosa Jiménez Cano, corresponsal de El País en Silicon Valley.

Baños de una aceleradora de 'startups' (izq.) y de las oficinas centrales de Facebook (drc.)
Baños de una aceleradora de 'startups' (izq.) y de las oficinas centrales de Facebook (drc.)Rosa Jiménez Cano

Hormonalmente, las mujeres no somos lineales, sino que tenemos etapas. Negar los efectos de cada una porque no es natural hablar de ello hace que nos enchufemos espidifen e ibuprofenos una vez al mes para intentar que no afecte en nada a nuestro día a día. Lo que se comenta menos es que la segunda etapa del ciclo, cuando tenemos los niveles de estrógenos a tope, también puede hacerte más productiva y darte esa sensación de que puedes con todo. De nuevo, otra vez la idea de debilidad. Tanto que, como dice la educadora menstrual Erika Irusta, a la fase premenstrual la hemos acabado llamando “síndrome”, como si fuera una enfermedad cuando solo es una etapa. Ella lleva intentando desde hace años hacer pedagogía con el tema, a través del proyecto El camino de rubí y de la comunidad cerrada Soy1soy4.

“Vale, vale, si a mí me parece muy bien, pero ¿de verdad hace falta hablar de ello en público?” Me adelanto a tu pregunta, querido comentarista de este artículo. Piénsalo así: si te parece muy bien ¿de verdad hace falta callarlo? ¿Cómo es posible que todas las mujeres que conoces tengan la regla y sepas tan poco sobre ella?

Sobre la firma

Mari Luz Peinado
Redactora jefa de Estrategia Digital. Ha sido directora de Verne, por lo que recibió el Premio de Periodismo Digital José Manuel Porquet junto a Lucía González. Antes, fue redactora de El País en México y trabajó en Smoda, MSN y Soitu.es. Escribe el boletín semanal 'Correo sí deseado', que selecciona historias positivas y que aportan soluciones.

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