La Guardia Civil y la Prensa
El Instituto armado español es tan “paramilitar” como la Gendarmería francesa o los Carabineros italianos
EL PAÍS publicó en su edición digital del pasado jueves, dentro del blog ‘Hechos’, un artículo (La Guardia Civil no es un cuerpo paramilitar), en el que salía al paso del calificativo ‘paramilitar’ con el que varios diarios internacionales, como The Guardian o The New York Times se referían a la Guardia Civil, desplegada en Cataluña en estos convulsos momentos.
El artículo rechazaba que dicha definición sea correcta, basándose en la información de la propia Guardia Civil, y en declaraciones de representantes de dicho instituto armado. Una de las razones para aclarar la cuestión se enunciaba en el sumario del texto: El término tiene una connotación negativa que alude a grupos armados ilegales al margen de la ley. Y con ese sentido se utiliza ampliamente en los medios de comunicación internacionales.
La autora, Patricia R. Blanco, examinaba las acepciones que tiene el término en inglés en dos diccionarios de referencia, el de Oxford y el de Cambridge. El primero define paramilitar como, “organización similar a una fuerza militar”. “Sin embargo”, señala el artículo, “el diccionario de Cambridge especifica que, ‘un grupo paramilitar está organizado como un Ejército pero no es oficial y a menudo no es legal’”.
El tema ha provocado una cierta controversia entre los lectores. Uno de los que me han escrito, Andrés Zamora Morcillo, considera evidente que el calificativo es correcto a la luz de la definición que da el diccionario de la RAE: “Paramilitar: 1. adj. dicho de una organización civil: dotada de estructura o disciplina militar”. El lector añade: “Puedo entender que el término tenga connotación negativa y pueda llevar a engaño, pero sintiéndolo mucho la Guardia Civil es un cuerpo paramilitar”.
El término es utilizado en anuarios de Defensa sin ninguna connotación negativa
Otro lector, Jesús García Sánchez, pese a declararse, “básicamente de acuerdo con todo lo que se dice en el artículo” de EL PAÍS, considera también que el término es correcto, sin que haya que lamentarlo. García Sánchez, miembro del prestigioso Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), que se ocupa de seguridad y defensa, basa su argumentación en lo que califica de obra de referencia en el terreno de la defensa y análisis de las distintas fuerzas armadas del mundo, el anuario que publica el IISS The Military Balance,.
“He de decirle”, explica en su mensaje este lector, “que el término paramilitary es el que The Military Balance (que no es cualquier libro en este tema) y otras obras similares, emplean para referirse a aquellas personas pertenecientes a cuerpos de policía, de fronteras, de costas, de transporte o de otros ámbitos, sometidos en tiempo de paz a una disciplina militar o dependientes de los ministerios de Defensa respectivos. En consecuencia, decenas de cuerpos son considerados paramilitares, sin ninguna connotación negativa. Para demostrarlo, le adjunto unas páginas en PDF de la última edición de The Military Balance, con las referencias a la Guardia Civil, la Gendarmería francesa, los Carabineros italianos, o los Guardacostas canadienses. Suecia, Países Bajos, Portugal, Islandia, Finlandia o Hungría son otros países con fuerzas consideradas paramilitares”.
He pedido una aclaración suplementaria a Jorge A. Rodríguez, redactor del diario experto en temas policiales, que explica: “La Guardia Civil es, efectivamente, un cuerpo policial de carácter militar con funciones civiles. Depende orgánicamente del Ministerio de Defensa y funcionalmente del Ministerio del Interior, pero no es un cuerpo paramilitar”. En lo que coincide plenamente Rodríguez con el señor García Sánchez es en la absoluta similitud de este cuerpo con los carabineros italianos, los gendarmes franceses o la Guardia Nacional republicana de Portugal.
Está claro que la confusión procede de las dos acepciones y usos que tiene el término paramilitary (también en español) ya que, además del sentido en el que lo utilizan The Military Balance'y otros libros similares, la prensa internacional califica de paramilitares sistemáticamente a grupos militares irregulares. Por esa razón, sería deseable o bien que el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en vista de la doble acepción del término ‘paramilitar’ que se presta a confusión dejara de usarlo, o que la prensa anglosajona no lo utilizara al hablar de fuerzas de seguridad constitucionales como la Guardia Civil, ya que este dato lejos de ser exclusivo del cuerpo, es compartido por muchas otras policías como la Gendarmería francesa o a los Carabineros italianos.
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