Ibeyi: las gemelas que afrontan la muerte con su música
Lisa-Kaindé y Naomi Díaz se complementan para dar forma a una mezcla de tradición caribeña y sofisticación electrónica que cristaliza en su segundo disco, 'Ash'
Las gemelas Lisa-Kaindé y Naomi Díaz llevan la mezcla —étnica y musical— en su ADN, pero eso no quiere decir que sean idénticas. Tanto en su música como en sus opiniones se complementan para dar forma a una mezcla de tradición caribeña y sofisticación electrónica que cristaliza en su segundo disco, Ash.
Lo primero que se suele destacar de Ibeyi es precisamente esos lazos sanguíneos —no en vano Ibeyi significa "gemelas" en idioma yoruba— que, en teoría, deberían hacerlas muy parecidas. Sin embargo, apenas media hora después de conocerlas en un hotel barcelonés queda claro que en muchas cosas las separa un abismo. Lisa tiene una actitud cálida y cercana, que le hace llevar la voz cantante de la conversación —y también en la música, literalmente—. Naomi, por su parte, puede parecer distante, hasta que la conversación le despierta interés y entonces vierte en la respuesta toda su energía. "Somos el yin y el yang. Ella es reflexiva y yo sensitiva; ella es melodía y yo ritmo", elabora Naomi para que ambas terminen gritando con entusiasmo: "¡Somos opuestas!".
Se refiere, claro, a que ella se encarga principalmente de la percusión de Ibeyi, mientras que Lisa es la vocalista principal, además de pianista. Su música es tan variada y exótica como la sangre que corre por sus venas. Su padre, el percusionista Miguel "Angá" Díaz, desarrolló su carrera en el legendario grupo cubano Buena Vista Social Club hasta su fallecimiento en 2006 a los 45 años. Su madre es la cantante franco-venezolana Maya Dagnino. Un linaje que les ha hecho mamar de primera mano el soul, el jazz y distintas músicas tradicionales caribeñas que combinan con una visión sofisticada de la electrónica, el pop, el R&B o el hip-hop.
"Nuestra imagen es importante. Cuando eres mujer en este trabajo eso supone una presión"
Aunque han pasado solo dos años y medio desde su aplaudido álbum de debut homónimo, el tono de la música de Ibeyi ha cambiado mucho en este tiempo. Ese trabajo, dice Naomi, hablaba de su vida, de ellas. "Era una presentación. Este, en cambio, habla de la vida en términos generales, en el mundo entero". Lisa añade: "Lo que más ha cambiado es que ha habido dos años de gira por medio. Ahora, cuando escribimos, oímos a la gente, prestamos atención a sus reacciones, y eso lo cambia todo. Este disco fue escrito para el escenario". De algún modo, parecía que era un largo destinado para ayudarles a lidiar con la temprana pérdida de su padre y su hermana mayor, Yanira, que falleció en 2013 de un aneurisma cerebral. De ahí que crean en el poder sanador de la música. "Siempre nos ha ayudado. Cantar a nuestro padre y a nuestra hermana todas las noches fue algo que nos ayudó a afrontar el disco", concede Lisa. "Cuando necesito respuestas me pongo una película o un disco, leo… El arte y los profesores que tuve son lo que me da respuestas. El arte es el último vínculo con el mundo, lo que nos une. Es algo muy lindo ver a nuestro público tan diferente, de todos los colores, de todas las edades, cantando juntos".
La experiencia adquirida también explica el hecho de que en su primer álbum no hubiese invitados y que en Ash haya una estelar plétora de colaboradores como el saxofonista de jazz Kamasi Washington, la leyenda neo-soul Meshell Ndegeocello, el polifacético Chilly Gonzales, Mala Rodríguez y hasta su madre y mánager, Maya, quien recita un pasaje del diario de Frida Kahlo en uno de los mejores temas del disco, Transmission. "En el primero no podíamos tener colaboradores…", arranca Lisa para ser interrumpida por su hermana: "Podíamos, pero no queríamos". Continúa la primera: "No queríamos porque no nos sentíamos tan fuertes, teníamos que concentrarnos en estar juntas y crear ese primer disco. Con esa experiencia, ahora sabemos quiénes somos, dónde queremos ir, dónde no… con esa fuerza podemos abrir las puertas y dejar entrar a otras personas". De ahí que hayan invitado a una serie de artistas que admiran desde hace tiempo. "Conocemos a casi todos. Les enviamos la canción en la que queríamos que colaborasen, no todo el disco. En todos los casos vimos claro en qué tema queríamos que estuviesen", confiesa Naomi.
Precisamente, la rapera gaditana es la causa de su visita a Barcelona: grabar el videoclip de su colaboración con La Mala, Me voy, con dirección del aclamado Manson de la productora Canada, detrás de trabajos visuales recientes de C. Tangana o Rosalía. Esta última, precisamente, es objeto de fascinación para las gemelas. Al hilo del control que ejerce el dúo sobre sus vídeos y, en definitiva, la imagen que quieren transmitir al mundo, surge una interesante discusión entre ellas. "Hay veces que estamos más encima que otras. Depende del director, de la idea, de la canción…", dice Lisa para ser pronto corregida por su hermana. "No los dejamos, tenemos que ver todo lo que hacen. Sobre todo si es digital". Finalmente, Lisa acaba dándole la razón: "Nuestra imagen es muy importante, sobre todo siendo mujeres jóvenes que nos dedicamos a la música”.
Poco después, y preguntadas por si se han topado con algún problema en ese sentido (algo que niegan), sus opiniones difieren a la hora de calibrar la importancia de la imagen que deben proyectar. Lisa así lo siente: "Tienes que estar segura de que te refleja a ti misma y a tu música, que se vea como eres tú". Su hermana usa el ejemplo de un reciente clip de Rosalía para disentir: "¿Ese vídeo refleja su música tal y como va vestida? Al final tiene que ser lo que quieras en cada momento".
Al término de la entrevista, ambas se quedan con ganas de aclararlo. "Lo más importante es que la gente conecte con nuestra música antes de ver que somos mujeres y jóvenes", comenta Lisa. Por eso mismo en su primer vídeo no se les veía la cara. "Enel segundo ya sí, porque la gente se preguntaba quiénes éramos. Le dijimos al director que no queríamos que todo girase en torno a nuestra imagen o la ropa que llevamos. Queremos que haya algo más fuerte y orgánico que eso", argumenta Lisa con la puntilla final de Naomi: "Cuando eres una mujer en este trabajo, eso supone una presión".
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