La batalla sin fin de Berlusconi y su exmujer por dinero
Los abogados del expresidente italiano piden la anulación de la pensión mensual de 1,4 millones que pactó pagar a la madre de tres de sus hijos
La batalla legal entre Silvio Berlusconi y su exmujer Veronica Lario acaba de estrenar un nuevo capítulo. Los protagonistas y el guión siguen siendo los mismos. Ella, exactriz de 61 años, casada con Il Cavaliere hasta 2009, no quiere renunciar ni a un céntimo de los 1,4 millones que le llegarán cada mes cuando la sentencia de divorcio sea definitiva. Berlusconi, a punto de cumplir 81 años, apura todos los recursos legales para proteger su amenazado patrimonio. Sin embargo, este miércoles, sus abogados pidieron la anulación de la pensión pactada en el divorcio.
Una decisión tomada el pasado marzo por la máxima institución judicial italiana ha devuelto al dueño de Mediaset la esperanza de evitar del enorme pago fijado en primera instancia. Su defensa ha echado mano de un fallo del Tribunal Supremo –relativo también a un culebrón amoroso de un expolítico– que negó un aumento de la pensión a la esposa de Vittorio Grilli, exministro de Economía con Mario Monti. El juez consideró en ese caso que ella podía mantenerse sin la ayuda de su exmarido. Algo que Berlusconi está seguro de que podría ser extrapolable al caso de su exesposa.
El equipo de letrados de Lario, sin embargo, ha contraatacado alegando que su defendida tiene derecho a mantener el nivel de vida previo a la ruptura con uno de los hombres más ricos del país, tal y como establecen las leyes de divorcio italianas. De hecho un primer juzgado, después de revisar las rentas y propiedades del expresidente italiano, estableció en tres millones de euros la pensión que debería abonar mensualmente a su exmujer. Cifra que el político y empresario recurrió por considerarla demasiado elevada desde el primer momento.
Silvio Berlusconi y Miriam Raffaella Bartolini (el verdadero nombre de Lario) se enamoraron en 1980, se casaron en 1990 y rompieron oficialmente su enlace en 2009. De su unión nacieron tres hijos: Bárbara (1984), Eleonora (1986) y Luigi (1988). Pero la separación de facto se remontaba a unos años atrás, tantos que Lario nunca ejerció como primera dama y jamás quiso cambiar la mansión Belvedere en Monza (cerca de Milán) por el palacio Chigi en Roma. Hace ocho años aquella ruptura, disimulada durante todo el tiempo que fue posible, comenzó un largo camino judicial. Antes, su exesposa aprovechó para denunciar públicamente la promiscuidad sexual de quien aún fue hasta 2011 presidente de Italia..
Los jueces de segunda instancia tienen ahora 60 días para decidir qué hará decantar la balanza en el divorcio más sonado de Italia: el derecho de la mujer a mantener el estilo de vida previo o su obligación a reconocer su patrimonio y autosuficiencia.
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