Música que se ve
Music Spheres convierte las notas musicales en esferas y su aprendizaje se simplifica
Fuera el pentagrama y las notas en blanco y negro. La nueva manera de aprender música es en colores y con esferas que se pueden tocar. Toda una experiencia que convierte el aprendizaje musical en una experiencia divertida y sencilla, muy intuitiva. Este es el proyecto que ha desarrollado el músico de jazz Tuti Fernández, albaceteño de 42 años residente en Madrid.
Music Spheres
Fundadores: Tuti Fernández, 42 años.
Estado: En desarrollo.
Localización: Madrid.
Ámbito: Musical.
Idea: Plataforma para tabletas y realidad virtual.
Su presentación lo dice bien claro: “Queremos revolucionar el mundo de la enseñanza musical”. ¿Cómo? Haciendo que el estudiante pueda ver la música que interpreta. Las notas son esferas. Hay 25 esferas de colores que representan matemáticamente las notas musicales. Funciona mejor que el pentagrama para aprender, eso vieron tras testarlas con adultos y niños.
La idea se le ocurrió a Tuti Fernández surgió jugando con su hijo, que ahora tiene seis años. “Me costaba mucho enseñarle conceptos musicales y me di cuenta de que el pentagrama no es un entorno muy amable para enseñar música, e intenté hacer un modelo físico de una nota musical. Llevo dando clase muchos años en escuelas e intenté relacionar cada nota musical con un concepto que los niños pudieran ver, tocar y escuchar”, explica este guitarrista. Y llegó a las esferas, “que son la manera matemática más perfecta de representar el sonido, ya que es una vibración que se expande a todos los lados”.
Los colores elegidos no son aleatorios, indica Fernández, “están relacionados con la escala sonocromática”. Asoció cada nota a una esfera y a un color y, junto a Emilio Valenzuela, un colaborador, realizó un prototipo físico. “Hice las 25 esferas físicas en impresión 3D. Las tocabas y se iluminaban, gracias a un sistema eléctrico interior”.
Lo probó primero con su hijo. “Le puse las 25 esferas en una habitación y se volvió como loco. Ahora sabe los nombres de todas las notas, como se relacionan entre ellas, lo que es una octava, un intervalo, un acorde...“, asegura.
Aunque el sistema funcionaba perfectamente y era muy atractivo para los niños, era muy aparatoso. “Una escuela de música podía tenerlo en su clase, pero no una familia”, dice Fernández. Así que lo convirtieron en digital. Con la empresa 6dlab lo convirtieron en una plataforma de realidad virtual y en una plataforma para tabletas o smartphone.
El resultado fue sensacional. “Funciona igual que las bolas físicas, pero aún engancha más en la tableta. Y cuando te pones las gafas de realidad virtual es maravilloso estar tocando tu instrumento y ver las notas musicales, la música que tocas”, indica. Además, puedes meter en la plataforma todos los ejercicios musicales de la historia, desde lo más básico a lo más complejo, por lo que no solo sirve para niños.
Ahora solo les falta conseguir inversión y que cualquiera pueda “saber” música y tocarla.
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