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Que cuidar no sea un trastorno

Cuibo propone un sistema colaborativo para que los mayores nunca estén desatendidos

La dura experiencia de atender a un familiar muy cercano con la enfermedad de Alzheimer llevó a Arístides Figuera del Rosal a idear Cuibo, la plataforma de cuidados. “Atender a esta persona, que aún vive, ha sido motivo de trastornos tremendos. No hay manera de organizarlo y es una preocupación constante. Por eso pensé en una compañía que no solo diera servicios, sino que te respalde en el caso de que no pueda acudir la persona que cuida, por ejemplo”, explica Figuera del Rosal.

Cuibo

Fundadores: Arístides Figuera del Rosal, 32 años, y José Rosales Pereira, 28 años.

Estado: En desarrollo.

Localización: Madrid.

Ámbito: Dependencia.

Idea: Web responsive.

Web: http://cuibo.es/ (en preparación)

Este español nacido en Caracas hace 32 años ideó Cuibo como proyecto de fin de posgrado. Estudió el curso pasado el Máster de gestión de empresas de comunicación de la Universidad de Navarra y el IESE Business School. El curso acabó, pero Cuibo sigue adelante. Junto a su socio, José Rosales Pereira, de 28 años, piensan ponerlo en marcha en marzo de 2018. Aunque funcionará al principio solo en el barrio de La Latina, de Madrid. “Cuidar a personas dependientes es algo muy delicado y necesitamos controlarlo mucho”, dice. “Esta primera parte está financiada con capital propio. Creemos que cuanto más retrasemos la inversión externa podremos tomar decisiones más cercanas a nuestra base inicial”.

Para garantizar la confianza de los usuarios, están en conversaciones con la Sociedad española de geriatría. “Hay una parte importante de formación del cuidador. Al ser una web colaborativa, se necesita que las personas que se inscriban en la plataforma tengan un grado de formación. Queremos certificar eso. Creemos que es importantísimo a la hora de generar confianza”, comenta. No solo ofrecen cuidados, sino también servicios puntuales, como transporte, acompañamiento, gestiones y otro tipo de peticiones. Figuera del Rosal quiere recalcar la “finalidad muy social” de la plataforma: “no es solamente un negocio para ganar dinero, sino para garantizar la calidad de vida de los mayores y su entorno”.

A Cuibo –marca ya registrada- se llega a través diferentes soportes digitales webs y bots, donde el cliente podrá solicitar un cuiber (cuidador) de confianza en menos de 30 minutos y según sus posibilidades económicas. El precio del servicio se establece a través de un sistema de puja controlada, dependiendo del día, los horarios y las necesidades del cliente. “Eso daría la posibilidad de que el cliente pagara lo que pudiera pagar”, reconoce Figuera del Rosal. El porcentaje de Cuibo oscila entre el 1% y el 5% de la transacción. Calculan pérdidas los dos primeros años, pero después ya ganancias.

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