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Tentaciones

De Lil Miquela a La Sofy: las estrellas de Internet ya no son humanas

La instagramer estadounidense estrena su primera canción y la artista de Barcelona pincha en los baños de Razzmatazz. Dos cantantes pop virtuales, dos proyectos ficticios pero reales

Lil Miquela
Lil Miquela

Hace apenas unos días la primera It girl virtual, o primera SIM Singer mainstream, Miquela a.k.a @lilmiquela filtró tras meses de espera de sus 263000 followers, facetimes con How to Dress Well y fotos con Tim Anderson (productor de Banks o Ima Robot), lo que será el primer tema de su carrera musical. Un single pop downtempo llamado Not Mine que suena a todo lo que nos gusta con altas dosis de Tinashe y R&B.

Miquela ha construido una personalidad en redes como cualquier otra fulgurante instagramer de veinte años que vive en L.A. Es fan de Blood Orange y Frank Ocean y sale de fiesta con artistas y modelos del momento. Aunque su piel renderizada y sus labios siempre hidratados indiquen otra cosa, su cuerpo en redes no está hipersexualizado y combina sus publicaciones banales (selfies, nudes y memes) con paseos por museos de arte contemporáneo y manifestaciones contra el racismo. La llegada a la música de Miquela abre un glorioso mundo de posibilidades, quizá muy pronto volvamos a ver hologramas sobre el escenario sin la nostalgia que acompañó aquella actuación de TuPac con Snoop Dogg en el Coachella de 2012.

Veinticinco años de Photoshop y treinta después del primer gif, todavía vivimos en una época en la que la angustia por lo real no deja experimentar la virtualidad como el siglo XXI se merece. Internet hace tiempo que dejó de ver con el hardware o el software para centrarse en las nuevas formas de creación de contenido y, sin embargo, se persiguen las redes sociales como si estas no fueran el lugar donde proyectar un yo ajeno, mejorado o ficticio. Se señala la falta de veracidad, el retoque o las fugaces stories como el espacio de vida donde esconder la fealdad de la existencia, limitando de alguna manera las posibilidades imaginativas y creativas poshumanas.

Resulta interesante como las personalidades ficticias, más allá de proyectos de arte contemporáneo y diseño, se hacen cada vez más con un pedacito de la música pop. La artista londinense Hannah Diamond, musa del future pop bajo el sello PC MUSIC y colaboradora de Charli XCX, comenzó su carrera con retoques y cromas de Photoshop allá en 2013. Un año y medio después se vio forzada a salir del armario virtual para aclarar su estatus tras las críticas feministas que artistas, como su compañera de sello Shopie, recibían por ser simplemente la mera imagen de una mujer instrumentalizada tras las manos de un productor hombre. Lo girly y cierta estética de la femineidad comenzaba a ponerse de moda y, cómo no, ciertos hombres iban a ser los primeros en experimentarlo. A principios de este mismo año el proyecto creativo OKgrl lanzaba bajo el nombre de Cultura y los formalismos estéticos de los albores internetiles uno de los mejores temas de reggaetón latino que se han producido bajo imágenes y voces femeninas. Si han sido producidas o no por mujeres parece que nunca lo sabremos.

Frente a este fenómeno global, la primera artista y diseñadora española de lo trashy en Internet, con fama ya internacional en el circuito de diseño/arte contemporáneo, es Claudia Mate con sus bebés y avatares en tres dimensiones. Sin embargo, muchos aciertan cuando enuncian que el arte digital murió la primera vez que un conjunto de prácticas y obras del net art se incorporó al circuito capitalista y artístico en la documenta de Kassel de 1997: los avatares en el museo no son más que máscaras sofisticadas sin función social.

Si los hábitos digitales y la democratización del diseño en Internet nacieron con la idea de disolver el arte en un concepto más amplio de comunicación, la idea del diseño o la creación artística que Miquela moldea en Internet aplicándolo a la música pop y que no abandona las redes sociales, resulta mucho más interesante. Por suerte, nosotros también contamos con una Dj Miquela española con proyectos musicales en pleno desarrollo.

La Sofy vive en Barcelona y, como nuestra superestrella Miquela, en un mundo que linkea escenarios de la realidad con cuerpos vectorizados, con una narrativa construida día a día sobre sus experiencias y consumos, combatiendo e incluso superando el extrañamiento que producen las imágenes: logrando una empatía humana. Conversamos con ella para indagar un poco más en estos fenómenos de identidad cada vez más habituales.

¿Qué fue antes, Sofia modelada o aprender a darle a Instagram y Tumblr el giro #aesthetics? ¿Qué porción de tu día a día supone exhibir a Sofy en redes?

Ha sido algo paralelo. De hecho, en mi web “La Sofy” es sencillamente una carpeta más. Ha sido un poco una evolución natural que ella cobrara protagonismo en Instagram y Facebook. Ahora ya me sería muy difícil entender mis redes sociales sin su presencia. Supongo que ella es una buena síntesis de lo que me interesa.

Aunque no sea usando el juego, es un proceso de cada día, todo el rato. Es parte de mí, supongo, como una expansión. Me sirve para cubrir cosas que a mí me dan mucha pereza, como tener selfies colgados por las redes. Prefiero mil veces que ella sea la cara visible, aunque yo salga de vez en cuando (bueno, más mi culo que mi cara). También me ha dado excusa para hacer las cosas como me apetece, para presentarme en convocatorias artísticas y cosas así. Me siento con la licencia de hacer las cosas cutres, escribir en plan messenger, poner emojis o redactar mal porque total, es un sim el que se presenta. En mi gmail, en Youtube o hasta en el email de la universidad la foto es ella, así que me siento libre de poner gifs y cosas rosas donde me apetezca. Supongo que por eso no lo puedo entender como algo ajeno, está ya muy mezclado con mi forma de hacer en general.

¿Crees que este tipo de representaciones digitales van ligados íntimamente a la nostalgia adolescente o quizá más a homenajear los nuevos hábitos de consumo en redes?

Bueno, en el gesto de revisar las cosas con las que he crecido supongo que hay un poco de nostalgia, pero no es la motivación. En cuanto a la música, los videojuegos o la televisión siempre me ha resultado entretenido volver a indagar en lo que me gustaba, hacer listas de música de alguna época concreta, de lo que escuchaba a tal edad... volver a jugar a los videojuegos de antes, ver Sabrina o Los Serrano de nuevo. Pero por verlo otra vez, porque me gusta, no con una finalidad concreta de sacar algo de eso o irónica. Supongo que las influencias estéticas más directas las he sacado de la música, Somadamantina o los vídeos de M.I.A o de Mariah Carey. Al final es todo una mezcla de lo que consumo en general, que lo mismo son los stickers del chino como LaTurbo... Y ahí entra también cómo usaba Internet desde un principio, desde empezar a usar messenger, el boom de Fotolog, los memes o simplemente páginas que visitaba. Gustos estéticos, modas, dilemas morales... Al final está siendo una manera de conocerme y me resulta imposible hacerlo al margen de internet.

Casi en su totalidad los escenarios enfocados a prácticas digitales tienen un componente formal obligatorio: las prácticas digitales pasadas y el montaje. En tu caso los Los Sims y hotglue, ¿por qué estos elementos?

Mi amor por Los Sims empezó jugando en casa de mi primo. Es de los juegos a los que más me vicié de pequeña. Hace poco más de un año me volví a bajar el 1, el 2, Expansiones... Fue cuando vi las posibilidades que tenía dentro de lo que yo hacía y fui directa a Los Sims 4. El hotglue ha sido más un accidente que otra cosa. Llegué por casualidad a la web de alguien que era hotglue, una web collage sin orden ni nada, y vi clarísimo que era donde tenía que montar mi web. Es el único sitio donde he encontrado la manera organizarme toda la basura de Internet y de mi PC sin complicarme la vida.

Uno de los proyectos más interesantes que en mi opinión ha dado La Sofy es el dúo de DJs del que forma parte bajo el nombre de La Britney Calva y que pincha de vez en cuando en Razzmatazz, ¿cómo surgió esta maravilla y por qué en los baños?

Este proyecto es lo que más ilusión me está dando porque precisamente ha sido de lo más random. Fran Álvarez, el otro componente de La Britney Calva Dj’s, y yo somos colegas desde hace ya años. Nos dio una época fuerte por salir, junto con la Daniel (su primo), y la verdad que las previas en casa siempre eran lo mejor...“Si pusiéramos nosotros la música lo petariamos” era la frase más repetida. Él trabaja como escenógrafo, es también ilustrador y ha hecho dirección artística de algunos proyectos. Estéticamente nos entendemos perfectamente, nos cayó la oportunidad de pinchar un día en el baño de Razzmatazz y lo vimos bastante claro.

Ninguno de los dos sabe pinchar así que estar en el baño nos pareció más coherente para la mierda que podría ser todo aquello, a conjunto también con nuestro nombre. Tenemos los hits, el virtual DJ y luces de feria, poco más nos ha hecho falta. Ahora de vez en cuando nos sacan del baño y nos ponen en sala y sigue siendo el mismo rollo. Lo principal es que conceptualmente sigue siendo nuestra fiesta, la música que nosotras nos ponemos en casa y que nos habría molado que sonara cuando salíamos, y como solo tenemos que ir pasando canciones porque más no sabemos hacer, pues podemos estar ahí en plan parkineo como si estuviésemos de fiesta. Al ser todo tan cutre ha dado hueco a que yo pueda seguir interviniendo con los sims y él con sus escenografías e ilustraciones.

¿Qué podemos esperar en próximas aventuras de La Sofy?

Con lo que más estoy metida ahora mismo es con La Britney Calva. La Sofy, de todos modos, sigue siendo la especie del eje y lo que va a salir en breves son sus historias, su día a día (expos en las que ha estado, ficciones, etc) todo editado en revistas de Fotoprix. La próxima será sobre la residencia de Major 28 que hice hace una semana.

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