Bosque arrasado en la sierra del Almirez, en Lorca (Murcia).
David FloresCasa forestal abandonada
en la sierra de los Donceles, en Albacete. La despoblación rural es una de las principales causas del incremento
de los fuegos en nuestro país. David FloresLas llamas acaban con la vegetación formada por pinos y matorral mediterráneo (lentiscos, coscojas y romeros) que recubre las laderas
de la sierra de los Donceles,
en Hellín (Albacete).David FloresPaisaje quemado en la sierra de los Donceles, en Hellín (Albacete). David FloresDavid FloresLa planta sirve de refugio de numerosos animales e insectos
en la sierra del Almirez, en Lorca (Murcia).
David FloresLas ramas secas y la frágil silueta del árbol que sobrevivieron
a las llamas del incendio de la sierra del Molino, en Calasparra (Murcia).
David FloresÁrbol muerto
que se mantiene en pie tras el incendio de 2015 en la sierra de los Donceles, en Hellín (Albacete).
David FloresPino recién germinado tres meses después del siniestro de la sierra de El Valle y Carrascoy, en Murcia.David FloresEn un incendio también mueren animales. Cuerna de un arruí muerto en un fuego de la sierra del Almirez, en Murcia. David FloresRestos de corteza quemada de la sierra de Mariola, en Alcoy (Alicante). David Flores Especie de cardo que crece en las primeras fases de la regeneración natural de la sierra de María-Los Vélez.David FloresDetalle de jara blanca (Cistus albidus), especie adaptada
al fuego, de la sierra de María-Los Vélez, en Almería. La germinación de sus semillas se ve favorecida por las altas temperaturas. David FloresPiña de pino carrasco (Pinus halepensis). David Flores
