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Ernesto de Hannover, contra la boda de su heredero porque peligra su patrimonio

"Está en juego la preservación de los intereses de la casa Hannover", ha dicho el ex marido de Carolina de Mónaco sobre el enlace del sábado de su hijo

El príncipe Ernesto de Hannover.
El príncipe Ernesto de Hannover.GTRES

“Los ricos también lloran”, reza el refrán popular que también tiene una rara actualidad en una de las familias aristocráticas más nobles y rancias de Alemania y Europa: la Casa Güelfa a la cual pertenece el famoso y polémico Ernesto Augusto de Hannover. El príncipe, de 63 años, se ha convertido estos días en el protagonista de una inédita guerra familiar que lleva a cabo para impedir el matrimonio de su primogénito, Ernesto Augusto Jr, de 33 años.

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Ernesto Augusto Jr, contraerá matrimonio el próximo sábado en Hannover con la diseñadora rusa Ekaterina Malysheva, de 30 años, una boda a la que acudirá la flor y nata de la realeza europea, incluido el rey de España, Felipe VI. Pero la boda, en lugar de hacer feliz a su padre, provocó una guerra familiar, cuyo desenlace puede acabar con la frágil armonía familiar. ¿La causa?. El dinero, mucho dinero.

Cuando se anunció la boda, el padre del actual jefe de la Casa Guelfa anunció que se oponía al matrimonio de su hijo y junto con señalar que no daría su consentimiento al enlace, el príncipe  anunció que iniciaría acciones legales para recuperar todos los regalos que le había hecho a su primogénito en 2005, entre ellos el castillo de Marienburg y decenas de propiedades repartidas en Alemania y Austria. Dos años después Ernesto de Hannover fue destituido de la presidencia de la Fundación Duque de Cumberland, que administra la riqueza familiar y su lugar fue ocupado por su hijo mayor.

El príncipe Ernesto de Hannover y su novia Simona en el Oktoberfest de 2014 en Munich.
El príncipe Ernesto de Hannover y su novia Simona en el Oktoberfest de 2014 en Munich.GTRES

Desde entonces, Ernesto de Hannover se dedicó a disfrutar de la vida y cuando su salud se lo permitía, viajaba a Ibiza, a la isla Lamu en Kenia y a su castillo en Grünau (Austria), donde organizaba cacerías para sus amigos. Pero la inminente boda del primogénito, acabó con la dolce vita del famoso príncipe y todavía esposo de Carolina de Mónaco, que ahora desea recuperar todas sus propiedades, incluida la presidencia de la Fundación Duque de Cumberland, que administra varios miles de hectáreas de bosques y el castillo de Grünau en Austria.

"No ha sido fácil para mi tomar esta decisión, porque también involucra a mi hijo. Pero me he visto obligado a hacerlo porque está en juego la preservación de los intereses de la casa Hannover, incluidos valiosos bienes culturales que son propiedad de la Casa desde hace siglos", dijo el príncipe al periódico Handelsblatt, que reveló este lunes la inédita guerra que ha enfrentado al príncipe y a su primogénito.

Ernesto Augusto teme, según el periódico alemán, que en caso de un hipotético divorcio de su hijo, parte de los bienes de la Casa Güelfa queden en manos de Ekaterina Malysheva. El príncipe también ha denunciado graves irregularidades de la Fundación Duque de Cumberlan.

La guerra entre padre hijo también tendrá otras consecuencias. Sin el consentimiento del padre, el matrimonio de su hijo tampoco podrá ser avalado por la casa real británica, una medida que impedirá que los hijos de Ernesto Augusto Jr. y Ekaterina Malysheva puedan optar a la sucesión en el trono británico. "Espero que mi hijo piense en los intereses de la familia y cambie de actitud“, dijo el ex marido de Carolina de Mónaco.

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