Alberto Garzón y el final de IU
Así que es ahora cuando Alberto Garzón se da cuenta del desastre que ha supuesto su política de alianzas. Quiera admitirlo o no, ha terminado objetivamente con Izquierda Unida. Hace tiempo que podía observarse que ni él ni sus compañeros de dirección creían que IU tenía futuro. Por eso, cuando perdió un millón de votos debiera haber dimitido para que otros, desde toda España, y con diferentes planteamientos políticos y organizativos pudiéramos relanzar una organización que tenía futuro. Ahora ya es tarde. Alberto Garzón ha demostrado tener la misma incapacidad política que apego a los cargos institucionales. Todo lo arregla con echar la culpa de todos los males a la Transición; cuánto me hubiera gustado verle allí, antes y durante, para que hubiera comprobado que lucha clandestina no era un juego. Creo que cuando se fracasa políticamente, se pierde el tiempo y no se dan alternativas: hay que dejarlo y demostrar que se puede trabajar en otra parte como el resto de los ciudadanos. Porque IU ha desaparecido. Qué pena.— Hilario González Fernández. Laredo (Cantabria).
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