La letra con sangre entra: ¡Hostia un libro! es el festival que te hará leer a guantazos

Que si la crisis, que si los e-books... ver a alguien leyendo un libro en papel se está poniendo más complicado que plantar la sombrilla en una playa de Mallorca en agosto. De ahí que ¡Hostia un libro! decidiera tomar medidas drásticas e incorporar unos buenos tortazos a la ecuación uniendo, en un mismo evento, libros y deportes como la lucha libre, el roller derby o la esgrima con sable-láser.

La cuarta edición de este bizarro festival editorial llega este sábado 24 de junio justo a tiempo para celebrar el comienzo del verano. El Campo de la Cebada en el madrileño barrio de La Latina acogerá las propuestas de cientos de pequeñas editoriales, fanzines y librerías de barrio que no encontraron hueco en la pasada Feria del Libro.

La cuota de mamporros de este año correrá a cargo de Bike Polo Madrid con una exhibición de esta versión macarra del deporte favorito de los clubs de campo. Aquí los caballos se sustituirán por dos ruedas. Pero tranquilos, ninguna bici sufrirá daños durante la competición (no podemos prometer que ocurra lo mismo con los ciclistas).

Esta nueva edición de ¡Hostia un libro! tendrá como eje temático la cultura ciclista y la movilidad sostenible. En torno a él, girarán distintas actividades paralelas en los alrededores del Campo de la Cebada que arrancaron ayer, jueves 22: la fiesta inaugural comisariada por el colectivo valenciano Hits With Tits, de «ilustradoras y señoritas con bandas»; una exposición fotográfica sobre el mítico taller Perucha a cargo de la documentalista costaricense Cris Ro; una mesa redonda coordinada por el activista y periodista Pedro Bravo o actividades para los peques creen pegatinas "molonas" para sus cascos y bicicletas completan el programa.

Detrás de esta iniciativa completamente autogestionada y sin ánimo de lucro está el Colectivo HUL, un grupo de jóvenes expertos en ofrecer cultura sin prejuicios. Entre sus desquiciados logros están la celebración de un festival de fanzines debajo de un puente, la grabación de un programa de radio vestidos de indios y vaqueros o la creación de una barraca de boquerones y castañas en la Cuesta de Moyano.

Desde luego la gente ya no sabe cómo vender libros...