Scott Schuman, el emperador del ‘street style’
“A los que empezamos con los blogs nos preocupaba la moda, teníamos algo más de integridad porque no sabíamos si iba a ser rentable”, asegura el fundador de The Sartorialist
A Scott Schuman no le hace falta presentación en la industria de la moda. Los interesados en las tendencias que no le identifiquen, sabrán quién es si se añade el falso apellido que le acompaña desde 2005, cuando creó The Sartorialist. Para el resto de los mortales, es imprescindible describir a Schuman (1967, Indianápolis, Estados Unidos) como uno de los impulsores de la fotografía del street style. Su página web, básicamente un porfolio de personas que él cree que tienen estilo retratadas por todo el mundo, suma unos 14 millones de páginas vistas al mes. Una cifra que reconoce que está cayendo porque lo que hoy está en alza es Instagram, donde le siguen un millón de personas.
Se inició en la fotografía de moda callejera por casualidad. Tras abandonar su trabajo para cuidar de su hija, empezó a llevar una cámara y a retratar a quien llamaba su atención por diversión. "En esa época los blogs estaban empezando, y no había Instagram o Twitter. Pero aunque la audiencia entonces fuera más pequeña podía notar que crecía. Yo antes trabajaba en ventas y marketing, sabía que cuando existe ese tipo de respuesta positiva tan rápido es que tienes algo y, que si lo sabes mover bien, llegas a algo bueno". Y vaya si llegó. Schuman se convirtió en el primer bloguero de moda en ganar un millón de dólares al año. "Eso sentó un precedente, y muchos de los blogs que llegaron después solo querían explotar el negocio y hacer dinero. Eso tiene como consecuencia no tener un verdadero punto de vista. A los que empezamos primero, nos preocupaba la moda, teníamos algo más de integridad porque no sabíamos si eso iba a ser un negocio rentable". Y sentencia: "Luego la mayoría hizo un blog de moda para hacerse famoso. Yo no aparezco ni una vez al mes".
Aunque asegura que a él no le gusta ponerse ante el objetivo, ha protagonizado anuncios de Gap o Verizon, además de ser contratado por marcas como Burberry o Mango para que firme algunas de sus campañas. Pero más de una década después de sus inicios, en su mundo han crecido como setas los blogueros de moda, instagramers, influencers y los fotógrafos que se congregan en las entradas de los desfiles para retratar a quien más esfuerzos invierte en su estilismo para llamar la atención. Y de todos tiene algo que decir.
"Aunque Instagram sea más inmediato, tienes que escoger lo que compartes, debe ser interesante para alguien más que para ti, si no tienes más opciones de perder seguidores que en un blog", explicaba el miércoles en un hotel de Madrid. Ese es uno de los motivos por los que cree que este boom de jóvenes prescriptores de tendencias en las redes sociales terminará por estallar. "No puedes culpar a la gente por querer compartir cosas, pero hay demasiado ruido. Muchos deben pensar que porque son guapos y les queda bien la ropa tienen estilo, y eso no es así".
A los fotógrafos que retratan a las mismas personas a las puertas de los desfiles les califica de "vagos". Schuman huye de esos improvisados photocalls, y se centra en hacer unas cinco fotos al día a personas que a veces acecha varios metros hasta que encuentra el lugar perfecto para disparar sin robarles mucho tiempo. Una estrategia que también sigue porque dice no tener paciencia. "Para mí una buena foto es una tercera parte la ropa, una tercera parte la persona y otra, la luz y el contexto donde los encuentro". Y que todo eso combinado le resulte interesante, claro. Sabe de lo que habla, algunas de sus imágenes se exponen en museos, como el Victoria&Albert de Londres, y su trabajo estará en una retrospectiva del museo Getty en 2018 sobre la historia de la fotografía de moda.
Uno de los más famosos prescriptores de tendencias no se rompe la cabeza al vestir: llega con un polo azul marino, un pantalón corto del mismo color y zapatillas blancas. Eso sí, luego se cambia para la fotografía con un traje de Massimo Dutti, la marca que le ha traído a Madrid para la presentación de su colección de otoño/invierno en forma de desfile en el palacio de Linares de la capital. Una firma española parte del imperio español del fast fashion Inditex, y una excusa perfecta para preguntar a Schuman si es imprescindible gastar dinero para tener estilo. "Yo no presto mucha atención a las tendencias, pero puedes vestir muy bien sin mucho dinero. Y eso es una de las cosas de las que estoy más orgulloso del blog". Tiene algo claro: "Quizá no todo el mundo se preocupa por la moda, pero sí por su estilo".
Su ciudad favorita es Nueva York, "es donde veo más diversidad", aunque el cuarto libro en el que trabaja retratará el street style de India. "No tienen mucho dinero, pero son muy chic e interesantes", dice antes de enseñar como prueba algunas de las fotos publicadas en su Instagram. Las de su cuarto libro serán todas inéditas; "de ahí la importancia de pensar en lo que se comparte en las redes". De España, dice, le gusta su estilo más formal. "Quizá los sitios donde hay una monarquía, como aquí los Borbones, mantienen esa formalidad y hay algo romántico en ello", analiza.
"Es un historiador, enmarca los sentimientos de esta generación en una foto", ha dicho el rapero Kanye West de Schuman, aunque él no se califica como fotoperiodista. A él no le interesan los famosos, tampoco demasiado las personas a las que retrata, a quienes rara vez les pregunta algo más que su nombre.
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