Siria: vergüenza internacional
En Siria se ha vuelto a cruzar la línea roja que Obama trazó y luego borró. El uso de armas químicas no solo es deplorable sino que además viola el derecho internacional. Estas armas se suponían desmanteladas desde 2013. El Gobierno de El Asad niega los hechos, Rusia dice que no ha sido su aviación y los demás actores en esta maraña condenan los hechos o callan. Mientras, la población sigue sufriendo las consecuencias de la guerra. Este periódico condena los hechos en su editorial y muchos otros se suman acertadamente. Pero hay que ir más allá. Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tienen el deber de poner a un lado sus posiciones rígidas y trabajar para alcanzar un plan de ruta que garantice la paz y la seguridad del país y del resto de la región.— David Franco Pascual. Londres (Reino Unido).
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