Este señor tiene la guía definitiva para exprimir tu viaje a Berlín
David Wagner, autor de un ensayo sobre la capital alemana recién publicado, nos descubre una ciudad que no sale en las guías
"París siempre es París y Berlín nunca es Berlín!". Cuando, en 2001, el entonces Ministro de Cultura francés Jack Lang dijo esta frase, se estaba refiriendo a la constante mutación de una ciudad que nunca deja de reinventarse. Y es esta inquietud física metropolitana el motivo de que estemos en un despacho del Instituto Goethe entrevistando al escritor alemán David Wagner (Andernach, 1971), cuyo flamante libro De qué color es Berlín acaba de publicar en España Errata Naturae. "Hablando con mi editor sobre la posibilidad de republicar Mauer Park, un texto sobre Berlín que escribí a finales de los 90, me di cuenta que la ciudad había cambiado tanto que tenía que escribir un nuevo libro. Tuve que pasear por la ciudad y mirar cómo había cambiado y cómo se habían rellenado algunos de los numerosos espacios vacíos del área metropolitana", explica Wagner.
"Pasear". "Mirar". Verbos clave en el proceso de elaboración del texto, que no es ni mucho menos una guía de viajes al uso sino un ensayo —heredero de la tradición literaria flâneur (paseante) a la que diera brillo el siglo pasado su compatriota Walter Benjamín— compuesto de capítulos breves que reflejan el viaje íntimo de un paseante curioso y en el que apenas aparecen hitos turísticos. Wagner lo mismo detalla una excursión a bajar la basura que reflexiona sobre la estética de los concesionarios de coches usados. Un Berlín real, personal y alternativo en el que caben edificios de extrarradio, manifestaciones con final violento y puestos de comida callejera grasienta.
Wagner no nació en la actual capital alemana pero es vecino berlinés desde hace casi 30 años. "Nunca me aburro en Berlín. Es el único lugar de Alemania en el que quiero vivir, quizás porque no es Alemania. Me cuesta trabajo dejar Berlín, es muy pegajosa, tanto que hay gente que viene para un rato y se queda años. Si te aburres en Berlín debes estar aburrido de la vida, desesperado", dice. Berlín es un lugar mítico —capital del imperio prusiano, icono devastado del Tercer Reich, refugio de artistas y espías, emblema del glam (Bowie, Lou Reed, Iggy Pop…) y el krautrock—, una urbe cargada de historia que atrae a millones de visitantes y en la que se instalan hordas de protoartistas, atraídos por su efervescencia cultural y los asequibles precios de la vivienda. "Eso era la época dorada de Berlín, cuando trabajabas tres días al mes y te daba para pagar el piso. Recuerdo que vinieron a verme unos amigos españoles y me decían, '¡Esta ciudad está vacía, puedes aparcar donde quieras!'. Comparada con ciudades como Londres o París sigue siendo barata, y es cierto que hay apoyo a las artes, pero obviamente ha existido un proceso de gentrificación y de afluencia masiva de turismo. Eso sí, al menos Berlín no tiene cruceros", señala con la mente puesta en Barcelona, ciudad en la que residió durante cerca de un año.
"No lleves mapa, en Berlín debes perderte. Ponte a caminar en cualquier dirección"
En cualquier caso, el plan que propone Wagner al visitante es otro. "En Berlín debes perderte. No lleves guía ni planos, apaga el Google Maps. Simplemente camina, en la dirección que sea. La gente prepara demasiado los viajes, que luego son una agotadora sucesión de muescas de sitios vistos. Para eso ya tienes la foto en Internet, puedes ahorrártela. Píllate una tarjeta de transportes y recorre la ciudad, Berlín es especial, no tiene un centro, está desparramada, es una combinación de varias ciudades, déjate llevar y camina y camina", sugiere.
"Hoy todo el mundo quiere ir a Berlín, es una ciudad guay, magnética. Lo gracioso es que solía ser un lugar un poco triste, melancólico, seguramente por su pasado. Y precisamente es una ciudad especial porque te muestra su pasado en cualquier esquina, ves diferentes épocas, la vieja Prusia, los tiempos nazis, la RDA… Es un libro abierto, cambia en cada manzana", apunta Wagner, quien cuenta una anécdota que ilustra el tirón berlinés actual. "Cuando viajo al extranjero a algún evento, si quiero pegar la hebra digo que soy berlinés y todo el mundo me pregunta por la ciudad, y si quiero estar tranquilo digo que soy alemán y nadie me pregunta nada".
"El ensayo fragmentado de Wagner refleja el viaje íntimo de un paseante curioso"
Cuando le comentamos que es probable que, en unos años, tenga excusa para completar el tríptico sobre Berlín, tal es el nivel de cambio urbanístico de la ciudad, Wagner sonríe. "Es gracioso, algunos lectores me cuentan que han salido a pasear por lugares que describo en el libro y perciben que ya han cambiado, no son los mismos que reflejo en el texto", asegura. Una sensación que no es nueva, por otra parte, como corrobora esta frase que escribió Mark Twain a finales del siglo XIX para un periódico norteamericano: "Berlín es la ciudad más nueva de las que he recorrido. Incluso Chicago parece viejo y gris en comparación".
PEQUEÑA GUÍA ALTERNATIVA DE BERLÍN
Las recomendaciones de David Wagner
Guías sobre Berlín las hay a patadas, y quien más quien menos todo el mundo conoce los lugares turisticamente indispensables (y por tanto, atestados de individuos cámara en mano) de la capital germana. Así que le hemos pedido al autor de De qué color es Berlín que nos ofrezca algunas pistas ajenas al circuito masivo.
Pinchando sobre esta foto y ordenadas según el sentido de las agujas del reloj, están las indicaciones berlinesas de Wagner, que incluyen compras, gastronomía, escapadas verdes, cultura y arte periférico.
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