Un extraño entra en tu casa, husmea un poco y adivina dónde quieres ir de vacaciones

“Sé cuál es tu viaje ideal desde que entré a tu casa”. Vaya, llevo una hora intentando ponérselo difícil a Gonzalo Gimeno, director de Elefant Travel, y resulta que me ha pillado a la primera. Haría sin dudar ese exótico recorrido por Centroamérica que propone. Si tuviera el dinero, claro. “Un viaje de 15 días fuera de Europa cuesta, salvo excepciones, entre 7.000 y 10.000 euros”, dice, antes de establecer un símil entre su agencia y comprar un traje.

“Si quieres algo apañado vas a unos grandes almacenes, eso sería un tour de catálogo. Si buscas algo más especial, lo encuentras en una tienda pequeña. Muy mono pero estándar, eso ofrecen las agencias de aventura. Pero, ¿y si viene el sastre a tu casa? Te toma las medidas, habláis de materiales, del patrón, de lo que te queda bien y te es cómodo… Eso hago yo, un traje a tu medida”.

"Visito a 60 personas al año. Te escucho durante horas, descubro tus expectativas y te ofrezco lo que buscas"

El asunto es cómo. “Mirando y escuchando. En los últimos 12 años he visitado a unas 60 personas al año. Voy así, a pelo, como me ves ahora. No voy a vender nada. Es tu viaje, no el mío. Yo te escucho durante horas, descubro tus expectativas y te ofrezco lo que buscas”. Entonces, echando un vistazo a mi salón, añade. “Por ejemplo, sé qué tipo de hotel te gusta. Uno rústico, pero cómodo. El lujo excesivo te incomoda, ¿a qué sí?”. Bueno, incomodar, incomodar… “Me refiero a que en vez de ir a un hotel muy estirado, preferirías por ejemplo el lodge que tiene Francis Ford Coppola en Guatemala”. ¿Eso no es lujo? “Es soft adventure: caña durante el día, pero por la noche un buen hotel, una buena cena, un gintonic…”.

Gimeno viene del mundo de la alta empresa. Fue director de marketing y profesor del IEDE Business School antes de fundar Elefant Travel en Madrid en 2004. Su empresa, dice, se promociona por recomendación de clientes.

“Aportamos dos factores. Uno, el equipo de Elefant no propone nada que no haya experimentado, y entre todos conocemos 80 países. Y dos, el detalle: yo no voy a lo barato porque sin margen no puedes corregir, pero a cambio si algo no es exactamente como debería puedes llamarme en todo momento, día o noche. No te contestará una centralita, sino yo. Nos conocemos. He estado en tu casa. Y lo arreglaremos de inmediato corriendo con los gastos si es necesario”.