13 fotosLa vergüenza internacional de SenegalEn el país hay unos 50.000 niños mendigos. Proceden de pueblos del interior o de países vecinos, enviados por sus padres a la ciudad para estudiar en escuelas coránicas que les obligan a pedir dinero por las calles. Es el caso del pequeño OmarAlfredo CálizSenegal - 27 mar 2017 - 08:01CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl equipo de la organización la Casa de la Estación hace ronda nocturna cada martes en su busca. Omar Sow duerme en la estación de autobuses de Saint Louis. Se ha escapado de la daraa (escuela coránica) y lleva una semana viviendo en la calle sacando algún dinero como mozo de carga.El equipo de la ronda nocturna de la Casa de la Estación, compuesto por Samba Ndong y Modu Samb, encuentra al pequeño Omar durmiendo en la calle al lado de una tienda. Se acercan a él para hablarle y proponerle ir con ellos al refugio donde puede dormir en una cama. Omar parece dudar a mitad de camino, pero finalmente se anima a ir con ellos.Viaje en taxi hasta la Casa de la Estación. Es el mes de febrero, probablemente el mes más frío del año en Senegal. La temperatura es de unos 15ºC y el pequeño Omar solo lleva una camiseta. Ya en la casa de acogida, Omar se dispone a entrar en la habitación en la que va a dormir.El pequeño duerme en una de las ocho camas temporales de las que dispone el centro. Por la mañana, se despierta arropado en matas. Al día siguiente de su llegada, Abdu Sy y Modu Samb hablan con Omar y le preguntan por los motivos por los que ha decidido escaparse de su escuela. Al parecer, después de cinco años en la misma, huyó por los malos tratos que recibía. La trabajadora social Thiéck Aw abre un informe sobre Omar que recoge la edad, procedencia y daara a la que pertenece. No sabe cuantos años tiene, pero lo cuenta en fiestas del cordero. Aproximadamente tiene 10 años. Omar proviene del pueblo Keur Momar Sarr, de la región de Louga. Llegó a Saint Louis para estudiar en una escuela coránica. La región de Louga es el lugar de origen de muchos de los migrantes senegaleses a Europa, un lugar castigado por las sequías y la pobreza. Omar, con ropa nueva, espera sentado sin saber qué es lo que va a suceder con él. Samba Ndong y Modu Samb llevan de vuelta a Omar en un taxi a la daara de Thierne Sadibou, en la barrio de Pikine, en San Louis. Omar tiene que volver a la escuela hasta que se esclarezca si realmente el responsable de la daraa maltrata al chiquillo. Una cuestión que el equipo de la Casa de la Estación se encargará de vigilar con visitas regulares. Finalmente, encuentran al marabú de la daraa de la que ha escapado Omar, Thierne Sadibou, y le piden responsabilidades por tener un niño a su cargo durmiendo en la calle. Le informan de que se ha abierto un expediente por este suceso y le piden mayor cuidado con los niños a su cargo.