Marina Gentile, una de las vecinas de Amatrice que perdió su casa, vive hoy en un barracón con su esposo y su perro a la espera de las ayudas del Gobierno.Antonello NuscaNunzio Puglia e Sabatino Santarelli en el pueblo de Capricchia, una de los municipios dependientes de Amatrice que sufrieron el terremoto. Ambos esperan a la hora de comer en un salón improvisado donde se reúnen desde hace seis meses.Antonello NuscaLa mayoría de casas del centro histórico estaban construidas sobre ruinas o con materiales de mala calidad que propiciaron su derrumbamiento con el terremoto.Antonello NuscaMario De Angelis en su pueblo de Santa GiustaAntonello NuscaLos vecinos de Capricchia se reúnen en una suerte de comedor social para charlar y pasar el rato.Antonello NuscaEl terremoto del 24 de agosto partió las casas como si fueran cáscaras de huevo y dejó al descubierto la vida que durante años hubo en su interior. Hoy permanecen así porque muchas de ellas todavía no han sido catalogadas.Antonello NuscaUn hombre camina en el pueblo de CapricchiaAntonello NuscaEl Alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi, era entrenador de fútbol y cada día recorría más de 300 kilómetros para ir y volver de Roma. Hoy se dedica a su pueblo 24 horas al día empeñado en que se pueda reconstruir. En su móvil puede leerse: "Nunca pierdo. O gano, o aprendo".Antonello NuscaCasas destroydas en el centro de Amatrice.Antonello NuscaMassimo Santarelli, Giulietta Puglia y Alessandra Santarelli, en pleno proceso de distribución de la comida del día.Antonello NuscaLa tienda de tabaco donde ora trabaja Maura es un barracón de obra. Puede despachar tabaco en días alternos para que el otro estanquero del pueblo también pueda vivir. Ella perdió su bar/estanco el día del terremoto, justo cuando lo acababa de comprar con una hipoteca que deberá seguir pagando.Antonello NuscaLa carretera para llegar a Amatrice es un constante trasiego de camiones y máquinas excavadoras que participan en la reconstrucción del pueblo.Antonello NuscaAlgunas familias conservaron alguna de sus casas. En la imagen, Mario de Angelis y su hermano, junto al brasero donde producen el queso ricotta desde que se hundió el taller donde la hacían.Antonello NuscaSoldados de el Ejercito Italiano trabajan en el sitio donde se construyen las casas nuevas.Antonello NuscaLa calle principal en el centro de AmatriceAntonello Nusca
