Trentemøller: "Estoy un poco cansado de la música de club"
Repasamos el periplo del músico con ‘Fixion', el disco que confirma su huida de la pista de baile. Mañana viernes está en Madrid y el sábado en Barcelona
Anders Trentemøller se pasa las modas por el forro. Mientras cada vez más bandas viran su sonido hacia la electrónica y abandonan las guitarras por los sintetizadores, el productor y músico danés conocido por su techno oscuro, denso y elegante, continúa en su último disco explorando su lado más melódico.
Fixion es un disco mucho más cercano al postpunk de Lost que al ambient de The last resort, y para cuya puesta en escena cuenta con una banda compuesta por cinco músicos. “No ha sido algo que haya planeado, ha ocurrido de forma natural disco tras disco. Supongo que he acabado un poco cansado de la música club pura porque es un tipo de música que está pensada para hacer bailar a la gente y eso está bien, pero yo quería hacer algo más”.
Lo que no ha cambiado en este disco es el ambiente sombrío que destilan sus canciones. Para Fixion ha buceado en sus recuerdos de adolescente en la gélida ciudad costera de Vordingborg, cuando escuchaba a Joy Division, Slowdive y Ride, aunque, como comenta, “no era mi intención que este disco sonase nostálgico, se trata más de mirar hacia adelante pero recordando mis raíces.”
El danés se declara un obseso del control. Trabaja completamente solo en su estudio en todas las fases de creación del álbum. “Hay algo bello en el hecho de ser tu único jefe y no depender de otras personas para tomar decisiones, aunque a veces elegir qué camino seguir también puede convertirse en un reto”, afirma. “Antes de empezar a trabajar en un disco intento no pensar demasiado en lo que voy a hacer, intento no hacer planes porque me gusta que sea la propia música la que me dirija. Si establezco demasiadas reglas por adelantado el proceso puede ser frustrante. Es en la fase de grabación cuando puedo crear una cierta atmósfera o seguir una determinada idea para el conjunto de las canciones. Para este disco quería sentir más espacio en la producción, aunque manteniendo el sonido épico. Me gusta el drama en la música pero, por otra parte, quería que este disco fuera más simple, sobre todo en cuanto a la parte vocal”. Es justo en esta parte en la única que cede poder creativo a otras personas. “Creo que se percibe como algo mucho más honesto y puro cuando las palabras que salen de la boca de los cantantes han sido escritas por ellos mismos”, admite. “Siempre elijo artistas a los que realmente admiro y en los que puedo confiar y me gusta que la gente genere sus propios pensamientos sobre la música y que esta quede abierta a diferentes interpretaciones”.
Su último flechazo musical ha sido Jenny Beth, la feroz frontman de Savages, a la que conoció cuando hizo las mezclas de su último álbum Adore life. “Quedamos en mi estudio de Copenhague y fue un proceso delicado porque solo teníamos dos días para grabar y acabar dos temas. Creo que es algo que se nota en el sonido claustrofóbico de las canciones, especialmente en Rebound. Tener esa fecha límite acechando sobre nuestras cabezas definitivamente ayudó a conseguir ese sonido”. Además de Jenny, Marie Fisker vuelve a colaborar con el productor dando voz al resto de los temas del disco. A ella será a quien veamos en la mayoría de los escenarios junto a la banda.
Esta nueva fórmula parece haberle funcionado porque la gira de Fixion está siendo la más exitosa de su carrera, con todas sus primeras fechas agotadas, incluida su cita con el público barcelonés (en Madrid se cambió la ubicación del concierto de la sala Barceló al Palacio de Vistalegre en vista de la alta demanda). “He pasado tantos meses en mi estudio completamente solo que salir a tocar en directo y mirar a los ojos a la gente que le gusta tu música se convierte en algo muy especial”, comenta con ilusión.
Trentemøller no cree que las mieles le hayan llegado ahora por casualidad. “Desde luego que Fixion es un disco muy bueno pero lo que creo es que, después de cinco o seis años tocando en directo con la banda, la gente empieza a saber que ir a un concierto de Trentemøller es algo especial, que van a disfrutar de algo único, de un espectáculo épico con una escenografía diseñada para cada gira. No es una cuestión solo de promoción, es el boca a boca: que la gente hable de tu directo, eso es lo importante”.
Trentemøller actuará el viernes 17 de febrero en el Palacio de Vistalegre de Madrid y el sábado 18 de febrero en la Sala Apolo de Barcelona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.