La comunidad está en prealerta y los embalses rondan el 45% de su capacidad por la escasez de lluvias. Pueblos y restos arqueológicos inundados por los pantanos del franquismo vuelven a ver la luz
Un vecino pasea por la antigua calle principal del pueblo inundado de Portomarín.OSCAR CORRALRestos arquitectónicos de la aldea de Marquesado (Agolada).OSCAR CORRALLa sequía permite ver los cimientos del antiguo puente sumergido de Portomarín.OSCAR CORRALAntiguo carballo emergido en la zona del poblado inundado en el embalse de Portodemouros.OSCAR CORRALVarios turistas visitan la zona para ver los restos del poblado inundado en el embalse de Portodemouros.OSCAR CORRALVista del antiguo pueblo de Portomarín, inundado por el embalse de Belesar. El río Miño no consigue llenar el antiguo cauce del pueblo sumergido.OSCAR CORRALAlgunos visitantes recorren el castro celta emergido por la sequía.OSCAR CORRALRestos de árboles que marcaban el antiguo contorno del río Miño antes de ser embalsado.OSCAR CORRALDetalle de las bocas de la antigua canalización de los afluentes del río Miño a su paso por Portomarín, sumergido por Fenosa en las obras del embalse de Belesar.OSCAR CORRALRestos arquitectónicos del poblado inundado en el embalse de Portodemouros.OSCAR CORRALVista de las instalaciones del Club Náutico situado en el embalse de Belesar.OSCAR CORRALVistas del castro de Candaz emergido en la Ribeira Sacra.OSCAR CORRALRestos de viviendas emergidas en el poblado inundado del embalse de Portodemouros.OSCAR CORRALRestos de viviendas en la antigua ribera del río, donde se encontraba el antiguo pueblo de Portomarín.OSCAR CORRALLaderas —antes inundadas— de la Ribeira Sacra quedan al descubierto.OSCAR CORRALVista de los dos puentes (antiguo y actual) que marcan el nivel del pueblo de Portomarín y del embalse de Belesar.OSCAR CORRALVista del río Miño a su paso por Portomarín.OSCAR CORRAL
