Periquito entre ellas

Perdonen que insista con el monotema del momento pero después de reflexionar sobre ese “dadle una oportunidad” que ha pedido, como buena hija, Ivanka Trump para su padre, son muchos los problemas a los que va a tener que enfrentarse el flamante presidente de Estados Unidos. Su impopularidad, China, potenciales investigaciones sobre relaciones con Rusia, quién paga los muros, el contencioso con el chef José Andrés… Pero estos no dejan de ser problemillas comparados con lo que será gestionar a Tiffany, Ivanka, Ivana, Marla, Melania y paro, porque los chicos solo quieren el negocio, y el pobre Barron tiene pinta de que él lo único que quiere es que lo dejen en paz.

Por ejemplo, llevamos semanas pendientes del modelito de Melania mientras la segunda ex, Marla Maples, trataba de hacer el negociete sacando peluquería y maquillaje para el día de la investidura por la patilla, y con unos misteriosos vestidos llegándole en bus. Ivanka, por su lado, negociaba con el rabino permiso para subir a un coche en Shabbat y poder estar como primera dama no oficial. Eso sin contar con que Ivana, la primera esposa y rol model de todas las ex del mundo, se había pedido la Embajada en la República Checa, sin que hubieran cerrado el escrutinio. Veremos si le dan Praga o Ulán Bator.

Así que no sería de extrañar que Tiffany —hasta ahora, en segundísimo plano— anduviera algo mosca. Me la imagino en el Despacho Oval haciendo pucheritos “Daddy, ¿por qué Ivanka sí y yo no?”. Con lo que Donald tiene en casa, le va a costar sacar tiempo para nada más. Chicas, esa oportunidad se la vais a tener que dar vosotras.